•Belen
Me gusta la fotografía.
Simplemente parece mágico el poder capturar imágenes de momentos y tener esa parte del tiempo en tu poder.
Siempre quise estudiar sobre fotografía, pero con un padre que es un gran contador exitoso, el asunto fue bastante complicado.
«Nadie vive de la fotografía.» dijo él. «Necesitas ser extremadamente talentosa, cosa que no creo que seas. Deberías estudiar una carrera más seria.» Y así fue como mi sueño se fue al caño así como el agua de mi lavabo.
Por eso ahora trabajo en una juguetería.
No es como que sea el mejor trabajo del mundo, pero si ha sido el primero que encontré. Comienzo mi turno con una gran taza de café, cortesía de los dueños de la tienda. Y la verdad es que siempre he preferido el té, pero no hay opción.
Acomodo algunas muñecas nuevas en los aparadores, y los clientes comienzan a llegar. Somos un total de diecisiete personas en el área de juguetería, y a mí específicamente me tenía que tocar en el área de muñecas, siendo que desde pequeña no me gustan.
Genial comienzo.
Limpio algunos estantes y acomodo los juguetes que los clientes han estado curioseando, y un bostezo por la monotonía sale expulsado de mis labios.
No puedo quejarme, trabajo es trabajo.
Me detengo mirando al rededor, y las personas con sus hijos se deshacen observando los juguetes esparcidos por toda la tienda con emoción digna de fotografiar. Desearía haber traído mi cámara, pero puesto que se ha descompuesto, hace días que no la tengo conmigo, y apuesto que no me habrían permitido ingresarla y mucho menos, fotografiar a los clientes. Pero vaya que habrían sido unas excelentes tomas.
Para cuándo mis ojos se enfocan en el enorme tren que hay cerca del elevador, unos ojos cafes me atrapan.
No es como que me miren a mí, si no que lucen maravillados con el tren en movimiento que, a decir verdad, es bastante bonito.
La observo con detenimiento y parece ser una de esas señoras ricas que se la pasan comprando juguetes para complacer las ausencias que tienen con sus hijos.
Es demasiado bonita, y va vestida muy elegante. Su sola presencia llama la atención, y estoy segura de que en dónde quiera que se para, es exactamente así.
Su cabello castaño y lacio se escurre sobre sus hombros dejándolo ondear justo al final de los finos mechones oscuros.
Unas gafas de armazón dorado se extienden en su rostro dándole un toque bastante sexy.
Tiene unos labios divinos. El de abajo es más grueso que el superior y el color rojo con el que los ha resaltado es exactamente el toque
de sofisticación y sensualidad adecuado que completa toda la bella obra de arte que ella es.Como me gustaría fotografiarla. Seguramente haría unas muy buenas muestras de su belleza.
Sus ojos se topan con los míos un instante, y mis mejillas seguramente se sonrojan.
Ella esboza una sonrisita de lado bastante leve sin dejar de mirarme y yo siento que todo está dando vueltas.
Desvío la mirada hacia la caja registradora fingiendo ver a mi compañera que está ahí, y mordiéndome los labios de forma inconsciente. Siento que el aire me falta, e incluso comienzo a sentirme mareada. ¿Cómo es que alguien puede hacerme sentir así con tan solo una mirada? Sonrío también mordiéndome el labio de nuevo y decido voltear de nuevo a verla con el corazón al mil por hora, pero para mi maldita suerte, la preciosa mujer ya no está ahí.
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Amor Inesperado🪐
Fanfiction•Adaptación• "Esta historia narra el amor inesperado entre dos mujeres de diferentes edades y entornos sociales. Belen es una joven rubia que ama la fotografia, que empieza a saber lo que es la vida, cuando conoce a Paty Navidad, una atractiva mujer...