Cap 15

176 9 13
                                    

Paty


Camino con nerviosismo hacia el restaurante del hotel Ritz, en donde le he pedido a Belen se reúna conmigo.
No puedo dejar de pensar en todo lo que he hecho en éstos pocos días, en lo mucho que me esforcé por estar ahora en el lugar que me encuentro, es decir, prácticamente en la nada. La tristeza amenaza con nublar mis ojos recordando la reunión con los abogados ayer por la tarde, pero no puedo permitírmelo, al menos no ahora.

** FLASHBACK **

Mis pasos retumban sobre el brillante piso de madera de aquel edificio que anuncia "Figueroa Buffete Jurídico" y se detienen frente a las puertas del ascensor mientras un amable hombre me hace una reverencia y pregunta a qué piso voy. Programa el ascensor y comienza el camino hacia el fin de toda mi vida como la conocí.

No di explicaciones, simplemente le pedí a mi abogado y a Diego que nos reuniéramos por fin aquí, porque oficialmente estoy exigiendo el divorcio, sin importar lo que eso conlleve.
Las puertas del elevador se abren con ese característico sonido de campanilla que anuncia una nueva parada, y bajo de ahí sintiendo cómo mi pulso late de forma desbocada. Siento mi boca seca y si no me conociera, diría que estoy a punto de desmayarme. Toco a la puerta y no espero a que alguien abra, lo hago yo misma adoptando la postura más recta que puedo hasta ahora, aunque siento que mis fuerzas me han abandonado hoy.

*Joel: -Señora Navida, estábamos esperando por usted.- Corre una silla para que me siente a su lado.

*Paty: -Lamento la demora, ésto de viajar en taxi es una locura...- Todos guardan silencio y la charla sobre el divorcio comienza. Por supuesto que Diego no va a dejarme que me quede con nada de su fortuna, y lo único que está mitad a mi nombre es nuestra casa, así que es a lo único material que tengo acceso. Y tal y como lo prometió, está exigiendo custodia absoluta sobre Diana, aunque ambos sabemos que ella estaría mejor conmigo, pero por supuesto que debe buscar una manera para joderme.

*Eliza: -Esperamos que, dada la seriedad de los cargos, y la evidencia ya presentada, que la corte le otorgue custodia exclusiva a mi cliente, el señor Diego Soldano- Dice con su nariz puntiaguda apuntando hacia mí y mirándome con un ligero toque de burla.

*Joel: -No tan rápido, Eliza...- Dice poniendo una mano al frente para hacerla callar. -El psicoanalista de mi clienta está muy satisfecho con su recuperación de los eventos del invierno, y afirma que ella es perfectamente capaz de cuidar a su propia hija. Además, no ha tenido más contacto con la otra mujer en cuestión.- La cara de Diego se arruga en una mueca de asco. -Tenemos deposiciones juradas de dos institutos psiquiátricos del estado que afirman en su opinión, fueron una serie de eventos por el esposo de mi clienta los que la hicieron sufrir una crisis emocional que resultó en el supuesto incidente...-

*Diego: -¡Eso es absurdo!- Grita enfurecido levantándose y golpeando la mesa con la mirada llena de ira dirigida hacia mí.

*Eliza: -Suficiente... Si así es como lo vas a manejar...-

*Joel: -No hay discusión en eso, sabes que llevamos las de ganar.-

*Paty: -Joel... Por favor...- Sé que quiero tener a mi hija conmigo más que a nada, pero ésta no es la manera en que quiero que suceda.

*Eliza: -Me gustaría ver esas deposiciones, y también...- No puedo seguir escuchando ésto.

*Paty: -¿Me permiten hablar, por favor?- Diego suelta un suspiro, pero nadie dice nada más. Tomo una bocanada de aire y es momento de enfrentarme a mí misma. -No voy a negar la veracidad de lo que contienen las evidencias...-

*Joel: -Eso es extraoficial...- Dice mirando a la mujer morena que escribe todo lo que conversamos en su computadora.

*Paty: -Pero podría hacerlo ofical.- Repongo con seguridad. Miro a Diego que en éste momento no tiene expresión alguna en su rostro. -Diego, yo quiero que seas feliz... Yo no te dí eso, y te fallé... Está más que claro que los dos pudimos haber dado más, pero... Tuvimos juntos a Diana y ese es el más hermoso y el más generoso de los regalos...- Su mirada se suaviza un instante pero luego vuelve a fruncir el ceño. -Entonces, ¿para qué perder tanto tiempo para tratar de mantenerla alejada del otro?- Suelto un suspiro que parecía sofocarme. -Y lo que pasó con... Belen...- Digo su nombre fuerte y claro, levantando el rostro porque sé que mis sentimientos hacia ella son genuinos y ya no tengo por qué ocultarlos, pero no puedo evitar como el rostro de todos, en especial de Diego se desencajan por la sorpresa. -Yo lo deseaba. Y tampoco lo voy a negar o decir que yo estaba confundida, porque no es así... Pero si lamento y me duele profundamente el caos que vamos a provocar en la vida de nuestra hija... Los dos somos responsables de ella, entonces creo que lo tenemos que hacer bien...- Lucho pasando saliva, intentando que las lágrimas no se escurran de mis ojos, pero es demasiado complicado dado lo que voy a decir a continuación. -Creo que Diego debería tener por ahora la custodia de Diana, en el tiempo que me tome establecerme de forma equilibrada tanto económica como emocionalmente...-

Amor Inesperado🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora