Cap 13

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Paty

Diego por fin se ha convencido de que no voy a volver a irme o a escapar y ahora está volviendo a su trabajo y sus viajes como antes, para mi buena suerte.

Hace unos días planeé con Alicia su visita, y ahora que está aquí no puedo creer cuánto la he echado de menos.
Y mi pícara mejor amiga está bastante contenta de venir, puesto que además de verme a mí después de no sé cuanto tiempo, también podrá cruzarse con Lorna, y es que, tengo entendido han estado saliendo un par de veces, pero por alguna extraña razón, Alicia se está llevando las cosas de forma tranquila ésta vez.

Todo ésto de las clases de ballet en casa es una idea más de Diego para que yo permanezca aquí el mayor tiempo posible, por cierto.
Después de soportar a la Alicia galante que lleva la maleta de Lorna hasta el salón de ejercicios en el segundo piso y coquetea con sonrisitas tontas a Lorna, nos sentamos en la pequeña sala del segundo piso, cerca de la
ventana para fumar y beber un poco de vino, mientras que Diana está en su lección de ballet.

Alicia me cuenta detalles sobre el viaje de regreso hacia N.Y. con Belen y lo triste que se veía, me siento terriblemente mal de escuchar cada palabra que mi amiga dice, puesto que sé que la única culpable de todo ésto soy yo.
Si desde el principio hubiera mantenido el límite, si no me hubiera interesado más allá en esa joven chica de la tienda de juguetes, seguramente ella no estaría sufriendo así, ni yo tampoco.
Me daña la descripción de una Belen herida, me duele en lo más profundo y sé que es mi castigo por haberme ido así, pero realmente sentí que no tenía opción, no quería que Diego fuera a llegar a hacer una locura contra Belen, así que por supuesto debía tomar al toro por los cuernos, como dicen.

Entre pláticas también me da todo el reporte sobre la noche en que mi tonto marido fue a buscarme a su casa a mitad de la noche. Y admito que me habría encantado que ella usara su bate de baseball esa noche. Seguimos conversando, pero la manera en que describe a mi Belen triste y apagada, me resulta casi imposible de creer, puesto que mi preciosa chica es toda luz y optimismo. Me preocupa que haya estado vomitando, y me siento bastante culpable por haberla dejado así, tan repentinamente.

Después de un rato, Alicia descorcha la botella y yo me levanto para tomar las copas.

*Alicia: -No, quédate ahí, Patricia, yo las sirvo... La ignoro y las tomo de todas formas.

*Paty: -Oh, vamos, no seas tonta...- Sonríe y niega con la cabeza. El líquido rojizo es servido en nuestras copas y entonces le entrego una para ahora sí sentarnos en el mullido sillón que desde hace años es nuestro favorito para conversar. Mi amiga solo me observa y yo no resisto, siento que el sudor comienza a gotear por mi nuca y me acomodo el cabello excesivamente mientras bebo un sorbo de vino.

*Alicia: -Bien, suéltalo... ¿Qué es? ¿Diego ha intentado tener sexo contigo de nuevo?- Dice sin apartar sus ojos vivarachos de mí.

*Paty: -No... No es eso... Es solo que... No creo que pueda seguir así, Alicia...- Suelto un suspiro con la cabeza inclinada y cabizbaja. Mis hombros caen unos cuantos grados y siento que estoy comenzando a desarmarme. Froto mis manos con nerviosismo y no puedo siquiera mirarla a los ojos.

*Alicia: -¿De qué hablas?

*Paty: -No creo que pueda seguir llevando ésta máscara...- Las lágrimas comienzan a desbordarse por mis mejillas. -Estoy sola en casa la mayoría del tiempo, porque Diego sigue enviando a Diana a veces con sus abuelos, ¿entonces para qué estoy aquí? ¿Para ésto? Saco apresuradamente un cigarrillo y me lo coloco en los labios, mientras mi amiga amablemente acerca el encendedor.

*Alicia: -¿Y Belen?- Escuchar su nombre así de pronto cuando ya habíamos dejado de hablar de ella me hace temblar. La miro con incredulidad pintada en cada poro de mi rostro y también mucha confusión.

Amor Inesperado🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora