No soy uno más || Hipo x Astrid || Hiccstrid || Pausada

"Bienvenido, De nuevo."

Era un nuevo día para nuestros protagonistas, Hipo, se encontraba emocionado, había aceptado volver a Berk, con Astrid, nada podría hacerlo más feliz, aunque le inquietaba el hecho de que sucedería con la orilla del dragon, ya había contactado con Dagur, para que deje varios Berserkers aquí.

Astrid seguía en la cama, pero a Hipo no le molestaba, solo se estaba preparando física y mentalmente.- Todo va a salir bien.- Dije, acariciando el lomo de Chimuelo.

Comienzo a darle pescado a Chimuelo y Tormenta, para dirigirme hacia el domo, donde tenía varias cosas importantes, mapas, notas, instrucciones, planos, se lo llevaría todo.

comienzo a cargar todo en bolsas de cuero, que luego llevaría Chimuelo sobre si.

Comencé a prepararme mentalmente, iban a hacerme muchas preguntas, que había sido de mí vida, porque se había ido, un dolor de cabeza total, pero no puedo juzgarlos, yo sería igual si estuviera en su lugar.

-Al parecer alguien está emocionado, ¿O me equivoco?.- Se escuchó decir a la peli rubia mientras soltaba un bostezo.

-¿Como no lo estaría?.- Insinuó con un tono pícaro.- Será difícil.

-Pero tu puedes con ello.-  Me dijo con una notable sonrisa en su rostro.

Solo asentí con la cabeza, obviamente no sería fácil, más que nada porque ahora no sere el líder, y recibire órdenes de nadie más que mi padre, en ese ámbito sería un total dolor de cabeza, pero supongo que es lo mejor, al menos hasta que las cosas se calmen.

Minutos después

Yo y Astrid habíamos partido hacia Berk, un viaje no tan largo, pero algo cansado.

Ambos nos estábamos aproximando a Berk, donde, a lo lejos, se distinguía el montículo de Vikingos que estaba esperando para recibirnos.

Solo trague saliva y le dirigí la mirada a Astrid, quien solo me regaló una cálida sonrisa.

Ambos aterrizamos, los vikingos no tardaron en llegar al lugar, donde ambos fueron rodeados rápidamente.- ¿Cómo lograste sobrevivir?.- Se oía desde un lado.- ¿Que paso luego de que te atacó el Skrill?.- Se oía desde otro.

Los vikingos no paran de hacerme preguntas, me siento realmente aturdido.

-¡Háganse a un lado!.- Exclamó un Vikingo de voz gruesa.- ¡Déjenme ver a mí hijo!.- oh, solo es papá.

Cuando Estoico apenas me visualizo, se me lanzó encima para darme un fuerte abrazo.- Pa-Pa me est-as cortando la resp- Estoico me soltó.- iración.- Termine de decir.

-Me alegra que hayas decidido volver, Hijo.- Sentí una fuerte emoción en mí pecho, por lo que no pude evitar emocionarme.

-Me alegra estar de vuelta, Papá.

Apenas termine de decir esas palabras, mí padre comenzó a organizar un banquete en el gran salón, aunque algo andaba mal con Astrid, ella se notaba, ¿Extraña...?, incluso, intercambiaba señas extrañas con mí padre.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por dos peli rubios frente a mí.

-Oh, joven Abadejo, que bueno se siente tenerte aquí de nuevo.- Dijo Brutacio con un tono alabador.- ¡Estábamos desesperados!, ¡Quien iba a ser el siguiente Jefe de Berk si no eras tu!, ¡Quien!.- Instó Brutilda con un tono dramático.