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No la había visto luego de esa noche.

Esa que mujer la miró intensamente, le preguntó su nombre y luego se fue al tomar solo una copa de la botella, diciéndole que se la obsequiaba por su buen servicio no volvió a aparecer por dos semanas en ese bar.

Sí, dos semanas.

Esas semanas hicieron sentir a Chaeyoung intriga y desespero.

Quería volver a verla.

Algo en la mirada de esa mujer la hacía retorcerse debajo de las sábanas ante la idea de volverla a ver.

Chaeyoung pocas veces cuestionó su comportamiento, ya que no encontró ninguna respuesta concreta de este.

Los ojos negros como la noche la cautivaron hasta hacerla desear verlo de nuevo. Eran tan hermosos y profundos que la hace querer acercarse más a ellos.

Cada noche, por dos semanas, tenía la esperanza de volver a verla, pero se sentía desafortunada al no tener la dicha otra vez.

Hasta que la vio.

No la había notado, ya que llevaba una camisa blanca con una chaqueta de cuero negra y sus gafas negras y Son estaba bastante ocupada en mirar con detalle los rostros de los clientes.

La mujer simplemente se sentó en la barra y esperó pacientemente que la mesera se diera cuenta de su presencia.

Chaeyoung sentía una mirada penetrarle, pero no se detuvo a observar hasta que se desocupó por unos minutos.
Miró hacia atrás y se encontró con su más anhelada visita. Trató de disimular su "alegría" y fue un poco rápido hacia la barra, quedando frente a ella.

—Finalmente se desocupó, señorita Chaeyoung.

La mesera se sintió desvanecer al escuchar su nombre salir de la boca de esa exquisita mujer, y sus piernas temblaron un poco al volver a escuchar esa voz grave y elegante.

—Sí, finalmente...

Lo cierto es que, Chaeyoung no se sentía en el poder de hablar. Estaba lo suficientemente nerviosa como para que su mente no se nuble.

Mina le regaló una pequeña sonrisa. —Deme un Martini, señorita Chaeyoung.

La joven asintió e hizo lo pedido, acabando en unos minutos y sirviéndole a la mujer.

Ya que estaba frente a ella, se tomó el atrevimiento de observar mejor el rostro de ella: un lunar en su nariz y encima del labio le pareció demasiado sexy y único. La mujer no pasaba de los treinta años, pero sí era mayor que ella. Quizá unos dos o máximo cinco años de diferencia.

Pero, para su mala suerte, Myoui Mina es una mujer muy observadora, y agregándole a eso, no paraba de examinar a la joven.

Sonrió. —¿Qué bebida alcohólica le gusta, señorita Chaeyoung?

Chaeyoung frunció el ceño ante la repentina pregunta. —Mis gustos son muy diferentes a los suyos, señorita Myoui.

—Responda ni pregunta.

Suspiró y sus mejillas se tiñeron de un tierno carmesí (a los ojos de la nipona).

—La cerveza, tal vez. —Respondió apenada.

—Perfecto. Por favor deme una cerveza, de preferencia la que usted guste.

Chaeyoung solo atinó a observar su sonrisa y cumplir el pedido, sirviendo una botella de cerveza frente a la mujer en total silencio.

—Desafortunadamente, la cerveza no es de mi agrado. ¿Le gustaría degustarla a mi lado? No me gustaría que se desperdicie...

Muy inteligente...

𝔒𝔫𝔱𝔬 𝔜𝔬𝔲 ❚ 𝙈𝙞𝘾𝙝𝙖𝙚𝙣𝙜 (ᵍ!ᵖ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora