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Luego de pasar la tarde con Dahyun, esta la llevó a su trabajo.

Chaeyoung le prometió a su novio verlo por la noche porque sabía que estaría en el trabajo, pero él era tan despistado y desatento que no cayó en cuenta de ese detalle, y ahora, seguramente, la está esperado en su edificio.

—Nos vemos en unas horas, Chae.—Se despidió la coreana mayor para después dejarla en la acera frente al bar.

Chaeyoung suspiró y miró al cielo un poco deprimida por su encuentro violento con su novio y la verdad sobre Myoui Mina.
Se dio ánimos mentalmente y entró al lugar.

Saludó a sus compañeros de trabajo que ya habían llegado y se dirigió a la rubia que estaba bastante entretenida jugando en su celular. Chaeyoung sonrió con malicia y tratando de hacer el mayor silencio posible se ocultó detrás de la canadiense. Sopló en su oreja y vio como de inmediato la chica respondía con un fuerte grito que hizo a los presentes voltearlas a ver.

El celular de la rubia salió volando hasta caer en el otro extremo de la barra.

—¡Maldita sea, estúpida! —Le gritó furiosa mientras le propina golpes por todo su cuerpo.

Chaeyoung reía escandalosamente mientras se tenía su abdomen.

—¿Es esto suyo, señorita?

La risa y groserías cesaron al escuchar aquella voz que Chaeyoung tanto conocía y Somi reconocía vagamente. Ambas se dieron vuelta, sonrojadas, y Chaeyoung, estando más cerca de Mina, sintió la punta del celular roto tocarle el abdomen.

Pero la bajita no lo tomó, solo se limitó a mirar otra parte que no sean los ojos de Mina, cosa que molestó y desconcertó a la japonesa.

—E-Eh, sí, es mío.—Respondió Somi tomando su celular. Reprimió un grito cuando vio la pantalla rota.—Y-Yo... ya me voy.

Al quedar la dos, Chaeyoung resistió todo lo que pudo por no levantar su mirada y conectar con Mina. Sabía perfectamente que ésta la miraba intensamente, pero no iba a caer.

Luego de su conversación con Dahyun, Chaeyoung se prometió hacerle caso omiso a la empresaria para no caer por ella. Iba a ignorarla y a ser cortante.

—Chaeyoung.

Mina llamó en tono bajo, pero la nombrada no cedió. Myoui Mina dio un paso al frente, provocando que la menor retroceda. Mina suspiró, resignada.

—Necesito reunirme con Travis, ¿está aquí?

—Sí, señorita Myoui.

—Perfecto.

Pasó a su lado, rosando el hombro con su brazo (por la diferencia de altura) y permitiéndole inhalar un poco su perfume.

El mismo que se estaba desvaneciendo en la chaqueta de cuero.

No se dio vuelta para verla retirarse, en cambio, caminó al frente mostrando seguridad. Myoui tampoco la llamó ni insistió, causándole un gran vacío amargo y una acusadora decepción que la hizo temblar de pies a cabeza.

Se cansó de estar al pendiente de la puerta de su jefe y empezó a dibujar porque hoy, casualmente, no tenían muchos clientes y se aburría cada minuto más. Habían pasado alrededor se dos horas y Mina nada que salía de esa oficina de mierda, y si Chaeyoung fuese totalmente sincera consigo misma, aceptaría su frustración y molestia por no verla aún cuando sabe que está en el bar.

Y es que era así.

La coreana empezó a trazar las líneas cuando pasó bastante tiempo pensando en qué dibujar. Normalmente no se tardaba mucho para decidir, pero hoy era demasiada demorada para ser creativa.

𝔒𝔫𝔱𝔬 𝔜𝔬𝔲 ❚ 𝙈𝙞𝘾𝙝𝙖𝙚𝙣𝙜 (ᵍ!ᵖ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora