Sección de fotos

11 7 0
                                    

Unos días después, recibí un correo de Daniel confirmando los detalles finales de la sesión en Central Park. Me dio instrucciones claras y precisas, destacando la importancia de capturar la esencia de la ciudad y su energía dinámica. Nos encontramos temprano en la mañana para aprovechar la luz suave del amanecer.

Cuando llegué al lugar acordado, Daniel ya estaba allí, observando atentamente el entorno. Me saludó con una sonrisa y un café en la mano. "Buenos días, pensé que esto podría ayudarte a empezar el día," dijo, ofreciéndome el vaso caliente. Agradecí el gesto y tomé un sorbo, sintiendo la calidez del café mezclarse con la emoción del momento.

Comenzamos la sesión caminando por los senderos del parque, buscando los mejores ángulos y escenarios para las fotos. Mientras trabajábamos, nuestras miradas se cruzaban con frecuencia, y cada vez sentía una chispa de electricidad pasar entre nosotros. La conexión que había sentido en su oficina parecía fortalecerse con cada interacción.
En un momento, mientras ajustaba la lente de mi cámara, Daniel se acercó más de lo necesario. Pude sentir su presencia a mi lado, su mirada fija en mi trabajo. "Tienes un talento increíble," dijo en voz baja, y nuestras miradas se encontraron una vez más. "Gracias," respondí, sintiendo un calor inesperado en mis mejillas.

La sesión continuó con un ritmo constante, pero la tensión entre nosotros se hacía cada vez más obvio. Cada vez que nuestras miradas se encontraban, parecía que el tiempo se detenía por un instante. Al final del día, habíamos capturado una serie de imágenes que reflejaban perfectamente la visión de Daniel.
"Estas fotos son fantásticas," dijo mientras revisamos las tomas finales. "Has superado todas mis expectativas."

"Me alegra escuchar eso", respondí, sintiéndome orgullosa de mi trabajo y consciente de la conexión especial que habíamos compartido a lo largo del día.
Mientras recogía mi equipo, Daniel se acercó una vez más, esta vez con una expresión más personal. "Me gustaría invitarte a cenar para agradecerte por tu esfuerzo y dedicación. ¿Te gustaría?"
Mi corazón dio un vuelco. "Me encantaría", respondí, sintiendo una mezcla de emoción y anticipación. Sabía que esta cena sería el comienzo de algo nuevo y emocionante, una oportunidad para explorar la atracción que había estado creciendo entre nosotros desde el primer encuentro.

Más Allá Del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora