II

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Entre mis brazos intentando acomodarme en la cama para seguir durmiendo, di un par de vueltas y acomodé mi almohada dando un par de golpes. Abrí un poco mis ojos para jalar más las cobijas y taparme con ellas, mis brazos estaban congelados por la baja temperatura que se sentía en la habitación. Me tape completamente, solo dejando libre la mitad de mi rostro para seguir durmiendo.

Y de repente sentí diferente el cobertor más pesado de lo usual y el colchón se sentía blando, no recordaba que así fuera mi colchón. Yo dormía en un colchón viejo que muchos de los resortes ya no servían, ni hablar de las almohadas que eran como dormir en una nube. Abrí los ojos, mi vista era un poco borrosa por lo que tuve que tallarme los ojos intentando enfocar.

Encontrándome con un mueble color caoba al lado de la cama, de inmediato supe que no estaba en mi habitación. Me incorpore rápidamente provocando que mi cabeza diera vueltas y las náuseas aparecieran. Llevo mis manos a la cabeza, soltando un quejido por el fuerte dolor.

—¿Dónde mierda estoy?

Analice el lugar y estaba en una habitación lujosa a plena vista, jamás había visto un lugar así, vi algunos muebles de mármol a lo lejos y otros que se veían costosos, busqué de inmediato mi celular para intentar llamar a mis amigos.

Busqué bajo la almohada y entre las cobijas, pero no encontré nada a mi alrededor, lance las cobijas al piso junto con las almohadas, pero ni una sola pista. Me levanté de la cama y encontré mi ropa tirada en el suelo, mi pantalón estaba en la entrada de la puerta de la habitación. Corrí a levantarlo y busqué en mis bolsas mi celular encontrándose en la bolsa de adelante; lo prendí y tenía muchos mensajes de mis amigos. Lo desbloqueé y fui directo a mis contactos para marcar a Norris.

Se escucharon tres pitidos y contestó: —¿Por qué no contestas el maldito celular?

—Lo siento, acabo de despertar...

—¿Dónde estás? Sabes lo asustado que estuve al ver que no estabas en tu habitación.

—Estoy en un cuarto de habitación que jamás he visto, me duele la cabeza y... — Susurré esperando que no se escuchara nada de la conversación que mantenía. —, no hay nadie. No sé qué hacer.

—Sal de ese lugar y mándame una ubicación.

—¿Qué fue lo que ocurrió anoche? — Agarré mis pantalones y me los puse.

—La última vez que te vimos estaba muy pegado a un chico de traje, no pude ver bien su cara, pero parecía que estaba disfrutando...

Y me regreso todo de golpe, el encuentro con ese hombre encantador, el omega me invitó un par de tragos, pero yo decidí dejar de beber porque quería estar consciente de lo que él hablaba e intentar no verme como un estúpido. Hablamos de cosas triviales, bailamos un buen rato hasta que no pude resistirme más y al tenerlo cerca lo besé, jamás fui de tomar el primer paso eso se lo podía atribuir al efecto del alcohol. Los besos eran muy intensos y después de un rato el me invito a ir a un lugar más privado, manejo en un coche descapotado, no recuerdo la marca; entramos a un hotel. El chico de cabello negro al cerrarse las puertas al ascensor me jalo hacia el para iniciar un beso apasionado, al llegar a la cuarto de hotel nos quitamos la ropa y fuimos directo a la habitación. El omega en general hizo casi todo el trabajo, yo fui demasiado torpe y el pelinegro se movía sobre mí de una forma... que solo recordar me hacía sentirme caliente... su esbelto cuerpo que era cubierto completamente por el mio...

Recordé tener sexo con ese hombre y lo excitante que eran sus feromonas de ese omega, su cuerpo esbelto conectaba completamente con el mío. Recuerdo que mis manos rodeaban casi toda su cintura. Esta era mi primera vez teniendo sexo, perdí mi virginidad con un completo desconocido.

Dangerous LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora