El amor siempre es más bonito cuando es privado, pero no secreto. Cuando nace espontáneo. Con miles de cosas en común.
Gabriella Méndez decidió asistir a un festival con su grupo de amigas.
Adrián Iglesias es uno de los invitados de dicho festival j...
El público estaba con los móviles alzados. Expectantes a la inminente entrada de Saiko.
—¡Tías! —nos comenzó a golpear Ángela repetidamente para llamar nuestra atención. Nosotras nos giramos a su dirección para ver qué pasaba. —¡Está Plex ahí! —señaló unos metros a la derecha nuestra—. Acompañarme a pedirle una foto o algo, por favor —nos hizo puchero. —Va, te acompaño yo —cedí a regañadientes. Me iba a perder la entrada de mi cantante favorito para acompañar a Ángela a cumplir su sueño.
Mi amiga me agarró de la mano y tiró de mí hacía la dirección donde estaba el susodicho. —Hola, perdona... —le piqué en la espalda para llamar su atención. Encima, Ángela me hizo hablarle yo porque le daba vergüenza. —¡Hola, buenas! —se volteó. —¿Te podrías hacer una foto con mi amiga? —le señalé—. Es que es muy fan tuya, pero le da vergüenza pedirla —solté una pequeña risa mirando a mi amiga. —Obvio, vente —le tendió la mano a mi amiga. —¿Os podéis poner todos? —le dijo la morena a un grupo de tres chicos que acompañaban al alto que posaba al lado de ella. Ellos se acercaron y saludaron. Tras eso, les tomé la foto y Ángela se puso a hablar un poco con ellos.
—¿Tú no quieres foto? —me preguntó el tal Plex. —A ver... —me reí nerviosa. ¿Como les decía que no los conocía? —No sé quienes sois realmente. Me he acercado por ella, que le hacía ilusión conocerte y tener una foto contigo —me miró extrañado un chico moreno del grupo al decir eso. —Me dedico a hacer videos y poco más —me explicó. —Y nosotros, pues, sus amigos —habló uno con gafas. —Sus amigos y su cámara y editor —habló el anterior chico que me había mirado mientras señalaba a otro chico y a él.
Mientras hablábamos, comenzaron a gritar los que estaban esperando el concierto. —Vamos, que sale Saiko ya —miré a la chica de mi lado. —Muchas gracias, chicos. Un placer —se despidió mi amiga e hice yo lo mismo con mi mano.
Tras ello, fuimos con nuestro grupo y disfrutamos del concierto.
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