Capítulo 1

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Una Semana Más Tarde

Se observaba a si mismo frente al espejo del cuarto de baño, con todo lo que había ocurrido durante los últimos días, los pocos minutos que podia sacar para ducharse eran sagrados para el. Era durante estos minutos que quedaba solo con sus pensamientos, con sus sentimientos y la exterminable lista de cosas por hacer que tenía por delante. Momento donde intentaba dejar de lado sus labores como director para centrarse en sus prioridades, mismas que ahora habían incrementado al no poder contar con el amor de su vida.

— Joder... — soltó por lo bajo mientras secaba la pequeña lágrima que había caído por su rostro — vamos... no puedes dejarte caer, no de nuevo — se animaba a sí mismo — todo estará bien... confía...

Y es que Horacio ya no sabia que mas hacer, pero al mismo tiempo su cabeza no paraba de buscar soluciones y alternativas para intentar cumplir con todas sus labores. Sin embargo, las 24 horas del día no eran suficientes para que lograse hacer todo. Cosa que el llanto proveniente de la habitación de al lado, le recordó de inmediato. Por lo que dejó de lado su tristeza para salir y dirigirse hacia aquella habitación.

— Tranquila preciosa, no pasa nada — hablo dulcemente mientras que tomaba a su pequeña en brazos — ¿Qué ocurre?

— Sammy dejó aquí — respondió la pequeña mientras secaba sus lágrimas y hacía pucheros.

— ¡Sam Perez Volkov! — llamó a su hijo el cual ingresó casi de inmediato — hijo... te pedí solo 1 minuto con tu hermana...

— Perdón papi... se disculpó mientras se acercaba a su hermanita y esta volvía a sonreír al ver a su hermano mayor.

Horacio se agacho al nivel de su hijo, manteniendo aún a su hija en brazos. Su corazón dolía al ver el gran parecido que su hijo de casi seis años tenía con el ruso que le había robado el corazón. Después de todo, no podía evitar recordarlo en aquella mirada grisácea que el pequeño compartía con su padre alfa.

— Está bien... yo... soy quien debe cuidar a tu hermana, no tu — le dio un beso en la cabeza para luego sacudir su cabello dorado — ¿les gustaría escoger un cuento para leerles antes de dormir? — propuso y estos se alegraron de inmediato.

— ¿Contigo? — preguntó la más pequeña de la familia, aquella que compartía el cabello dorado que poseía su hermano pero que su mirada bicolor le otorgaba lo que el ruso llamaba "dúo de luz" que ambos amaban.

— Claro hija, pueden dormir conmigo todas las noches que quieran — aceptó el moreno para luego ver cómo se emocionaba y comenzaba a saltar en su lugar.

Para Horacio y Volkov sus cachorros eran lo más sagrado, rara vez podían negarle pequeños caprichos como ese. Si bien no tenían intenciones de malcriarlos, y en varias ocasiones les habían negado algo... ahora el omega se encontraba deprimido por la falta de su alfa. Por lo que se reconfortaba dejándose amar por sus cachorros. Lo que durante la última semana, había significado darles la bienvenida a la cama que ya no podía compartir con el ruso.

— ¿Papi triste? — escuchó a su hija preguntarle para percatarse de que se había dejado llevar por sus pensamientos de nuevo y ahora sus pequeños lo observaban atentamente.

— Claro que no — respondió volviendo a sonreír — vamos a la cama, que ya se les está pasando la hora de dormir — les dijo mientras levantaba a su hija en brazos y tomaba a su hijo de la mano para dirigirse a su habitación y acostarse junto a sus cachorros.

Sin embargo le tomaría toda una hora más hacer que estos se quedasen profundamente dormidos, y más de dos el lograr encontrar su propio sueño. Si bien podía pasar toda la noche observando a sus pequeños, extrañaba hacerlo junto a su alfa y las conversaciones que tenían entre susurros para evitar despertar a los pequeños que dormían entre ellos.

— Te extraño, Viktor... — dijo muy por lo bajo mientras que cerraba sus ojos, en un intento por imaginar que su alfa se encontraba allí, junto a ellos, completando su pequeña familia.

Mientras Tanto

— ¿Cómo se supone que vuelva a trabajar en un lugar que no conozco... con personas que no conozco? — exclamaba el ruso mientras se levantaba del sofá y comenzaba a caminar ansioso de un lado a otro.

— La idea es que vuelvas poco a poco a tu rutina — le comenzó a explicar la omega.

— Pero esa rutina ya no es mía, es de una versión de mi que ustedes dicen — continuo mientras que ahora caminaba a la cocina para tomar un vaso de agua.

— Sabemos que esto no es fácil... Viktor... pero... — soltó un suspiro mientras se acercaba a este — pero debes dar pequeños pasos cada día hasta que comiences a recuperar tus recuerdos...

— ¿Y cómo se supone que va a ocurrir eso? — continuó dejando notar su enojo que había surgido como consecuencia de su frustración por no recordar — ni siquiera sé a quién le pertenece esto — levantó su mano izquierda donde portaba su anillo de matrimonio — ¿que tan buen esposo soy que no puedo recordar a la persona que le juré amor eterno?

Finalizó para luego dejar un silencio en la sala de estar que difícilmente se rompería, pues los presentes comprendían el motivo por el cual este se encontraba así. Sin embargo, sus médicos le habían recomendado evitar ese tipo de corajes y frustraciones, así que optaron por cambiar un poco del tema.

— ¿Te gustaría pasar un rato con Irina antes de que se quede dormida? — propuso la omega sabiendo que esto lo animaría — quizás aún no la recuerdes pero su conexión sigue estando ahí, tú mismo lo notaste el día que saliste del hospital.

Volkov sonrió sabiendo que lo que esta decía era cierto, si bien no la recordaba, no podía negar la conexión que la pequeña tenía con él. Así que dejando el vaso de agua que había dejado vacío, se dispuso a caminar hacia el pasillo para ingresar a la habitación de esta, no sin antes detenerse junto a la omega y dedicarle una sonrisa.

— Gracias Aleksandra... no sé qué haría sin ti o sin Nikolai — les dijo a ambos — me alegra tener presente dos rostros familiares.

— No tienes que agradecernos hermanito, somos familia, siempre estaremos aquí para ti — le respondió la omega para luego ver cómo este continúa hacia el cuarto de su hija, dejándola a solas con su esposo.

— ¿Crees que sea buena idea que mañana vuelva a la sede? — le preguntó Nikolai acercándose a la rubia para abrazarla por la espalda.

— Si la doctora lo recomienda... es lo mejor para él... — le respondió para luego soltar un suspiro — hace un rato hablé con Horacio... la está pasando mal, pero aún no lo reconoce abiertamente... me preocupa...

— ¿Y Sammy y Kiara? — preguntó por sus sobrinos.

— Siguen preguntando por él... — respondió con tristeza — no puedo imaginar por lo que están pasando... ha pasado toda una semana y si Viktor no recuerda pronto... Horacio comenzará a quedarse sin respuestas que darles.

— Esperemos que mañana pueda ser un paso importante para su recuperación — intentó ser positivo — después de todo, lleva mucho tiempo dirigiendo el FBI con Horacio.

— Eso espero...

Finalizó la conversación para luego abrazar a su esposo. Había pasado mucho tiempo desde que a la familia se le complicaba tanto el panorama, y eso tomando en cuenta el trabajo de su hermano y cuñado. Pero por ahora solo les quedaba estar para ellos y seguir apoyándose. Esperando que el día que su hermano recupere sus recuerdos, estuviese más cerca que lejos.

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