Capítulo 8

296 36 52
                                    

Volkov salió del hospital con una sensación de vértigo, como si el mundo que conocía hubiera sido arrancado de raíz. Las palabras del omega continuaban resonando en su cabeza: "Era lo mejor para ti... debes creer en mí... por favor... yo solo..." Todo esto era una revelación, un golpe inesperado que lo dejó tambaleándose. Había vivido con una versión fragmentada de su vida, sin recordar a las personas más importantes para él. Y ahora, con la verdad al descubierto, necesitaba respuestas.

"papá ya no nos quiere... por eso nos dejó solos y ya no va a casa..." al mismo tiempo resonaban también las palabras y la imagen del que recién descubrió era su hijo, junto con el rostro triste del pequeño lleno de lágrimas.

Por lo que al llegar a su destino y encontrarse con su hermana y cuñado sentados en la sala, conversando, no pudo controlar más la mezcla de sentimientos que llevaba reteniendo.

— Ya sé la verdad — comenzó a decir una vez los tuvo enfrente — lo sé todo...

—¡Tú sabías! — su voz se elevó, cargada de emoción mientras se dirigía a su hermana — Sabías que tenía una familia, una vida que no recordaba, y no me dijiste nada. ¿Cómo pudiste hacerme esto?

Nikolai se preocupó por la reacción que su cuñado estaba teniendo con su esposa, sin embargo permaneció en silencio, dejando que los hermanos resolvieran la situación hasta que Aleksandra respiró hondo, intentando mantener la calma.

—Volkov, yo... — empezó a decir, pero él la interrumpió, dando un paso hacia adelante con los ojos llenos de dolor y traición.

— ¡Mi propia hermana, la que se supone estaría de mi lado y ayudaría más que nadie! — enfatizó.

Aleksandra se encogió ante la intensidad de sus palabras. Sabía que Volkov estaba herido, y que cualquier explicación que le diera no cambiaría el hecho de que lo había engañado, aunque fuera con la intención de protegerlo. Tomó aire, buscando las palabras adecuadas.

— Lo hice por ti, Viktor... —dijo suavemente, mientras su voz temblaba — los médicos dijeron que era mejor no decirte nada de golpe, que debías recordar por ti mismo. No queríamos causarte más dolor del necesario. Horacio estuvo de acuerdo, todos estuvimos de acuerdo. Solo queríamos lo mejor para ti.

Volkov negó con la cabeza, dando un paso hacia atrás como si las palabras de su hermana lo hubieran golpeado físicamente. Sentía que la tierra se desmoronaba bajo sus pies.

— ¿Lo mejor para mí? — su voz se quebró— ¡Me dejaste en la oscuridad, viviendo una mentira! Merecía saber la verdad, merecía conocer a mi familia. ¡A mis hijos por amor a Dios! ¿Qué derecho tenían a ocultarme algo tan importante?

Aleksandra sintió las lágrimas asomar en sus ojos, pero las contuvo. Sabía que merecía la ira de su hermano, pero no podía evitar sentir su propio dolor. Por lo que Nikolai al percatarse de esto puso una mano en su hombro, en un gesto de apoyo silencioso.

— Lo sé — admitió Aleksandra, con la voz quebrada — Sé que cometimos errores. Solo queríamos darte tiempo, esperar que tus recuerdos volvieran por sí solos. Pero entiendo que estás enfadado, y tienes todo el derecho de estarlo. Nunca quisimos lastimarte.

Volkov respiró profundamente, tratando de controlar sus emociones. La mezcla de ira, tristeza y confusión era abrumadora. Sabía que su hermana no había actuado con malicia, pero eso no hacía que el dolor fuera menos real.

— No puedo... — susurró, mirando a su hermana con una mezcla de desesperación y dolor — No puedo creer que todo esto me haya sido ocultado. Me siento como un extraño en mi propia vida.

Aleksandra se acercó, intentando consolarlo, pero Volkov levantó una mano para detenerla. La miró, sus ojos llenos de lágrimas no derramadas.

— No sé qué hacer ahora — admitió, su voz temblando — no sé cómo seguir adelante con todo esto. Todo lo que creía conocer es una mentira.

Hilos del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora