capítulo 11

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Dentro del edificio, la penumbra los envolvía, y el único sonido era el eco de sus respiraciones agitadas. Melodie se apoyó contra la pared, aún intentando recuperar el aliento, mientras Draco inspeccionaba los alrededores, asegurándose de que no había peligro.

—De acuerdo, maestro. Tal vez no seas tan inútil después de todo —dijo ella con una pequeña sonrisa, tratando de aliviar la tensión.

—Gracias, creo —respondió Draco, rodando los ojos mientras se apoyaba contra la pared opuesta a ella.

Durante unos segundos, el silencio se instaló entre ellos. La luz que entraba por una ventana rota iluminaba ligeramente sus rostros, y Lo observó con más detenimiento. Había algo en la manera en que su cabello pelirrojo caía desordenado sobre su frente y cómo la camiseta ligeramente ajustada dejaba entrever el esfuerzo físico de la persecución. Se sorprendió a sí misma notando estos detalles, algo que no solía hacer.

Levantó la vista y se encontró con los ojos de Melodie. Había algo en su mirada que lo desarmó, una mezcla de cansancio, vulnerabilidad y… ¿curiosidad? La tensión del momento parecía cambiar de dirección.

—¿Qué? —preguntó él, alzando una ceja con una mezcla de incomodidad y desconcierto.

—Nada… —Melodie desvió la mirada rápidamente, como si hubiera sido atrapada haciendo algo indebido—. Solo estaba pensando en cómo tu cabello es aún más rebelde que el mío después de correr.

Se rió suavemente, y el sonido relajó el ambiente.
—Bueno, no tengo un ejército de estilistas asegurándose de que siempre luzca perfecto.

Ella sonrió con un toque de nostalgia.
—A veces me pregunto cómo sería ser como tú, sin la presión constante de las cámaras, sin las expectativas…

—Y yo a veces me pregunto cómo sería ser como tú, viajando por el mundo, viviendo aventuras —respondió él, mirándola con honestidad—. Pero supongo que ambas cosas tienen su precio, ¿no?

Melodie asintió lentamente, sorprendida por su comprensión. Durante un instante, pareció que ambos se entendían a un nivel más profundo, como si el mundo exterior se hubiera desvanecido.

—Bueno, maestro, al menos eres bueno escapando. Quizás deberías considerar un cambio de carrera. Guardaespaldas de estrellas de K-pop suena emocionante.

Draco negó con la cabeza, pero no pudo evitar sonreír.
—Ni lo sueñes. Ya es bastante lidiar con un aula llena de niños curiosos.

Dio un paso hacia él, su sonrisa ahora más juguetona.
—¿Entonces te estoy diciendo "gracias" o "perdón" por complicarte la vida hoy?

Draco sintió cómo la distancia entre ambos se reducía, y aunque intentó mantener la compostura, el leve rubor en sus mejillas lo delató.
—Creo que ambas cosas…

—¿Ambas, eh? —respondió, inclinando ligeramente la cabeza mientras lo observaba con esa expresión enigmática que lo desconcertaba tanto.

Antes de que pudiera responder, un ruido en la puerta de entrada los hizo saltar. Alguien estaba intentando entrar al edificio. Sin dudarlo, Draco tomó la mano de Melodie nuevamente.

—¡Corre!

El contacto inicial fue eléctrico, inesperado. Ambos se miraron por un instante, pero la urgencia de la situación los obligó a moverse. Corrieron juntos por el callejón, sus pasos resonando en las paredes de ladrillo mientras las voces de los fans se acercaban peligrosamente.

—¡No puedo creer que esto esté pasando otra vez! —gritó Draco mientras giraban una esquina.

—¡Bienvenido a mi mundo, maestro! —respondió Melodie, aunque había una pizca de diversión en su tono.

Melodías de cambio|Melodie X Draco|Brawl Stars Donde viven las historias. Descúbrelo ahora