DRAGON'S BANE.
Taliya Storm nunca había sido ―y nunca sería― una persona importante para Desembarco del Rey; es conocida por enseñar Alto Valyrio al príncipe Aemond, un papel que se extendió a ser fiel consejera del príncipe a lo largo de los años...
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✟⎯⎯⎯⎯⎯⎯ DOS Suspiros en la niebla nocturna
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AEMOND NO TENÍA un dragón. Todo el mundo lo sabía, su hermano y sus sobrinos se encargaban de recordarlo; cada vez que visitaba Pozo Dragón era un cruel recordatorio de su fracaso en el cumplimiento de su sanguinario deber. Los Targaryen, más cercanos a los dioses que los hombres, controlaban dragones, poseían la sangre más noble del reino y, sin embargo, él no podía cumplir con su única responsabilidad. Muchos le dijeron que algún día tendría un dragón, que sería un jinete extraordinario, pero él era sólo un niño, un niño atormentado por sus propias inseguridades. Varias veces se aventuró al Pozo en busca de un compañero alado al que llamar suyo, anhelando sentirse verdaderamente parte de su linaje, pero nunca lo logró.
Taliya no pudo acompañarlo esa tarde, que estaba ocupada con el terrible regalo que había recibido como burla de su fracaso. El cerdo rosa, una broma cruel creada por Aegon, que parecía favorecer más a los bastardos de Rhaenyra que a su propio hermano. Aemond, como de costumbre, entró en territorio de los dragones, buscando su lugar entre ellos. Sin embargo, fue sorprendido por el repentino fuego lanzado por Dreamfyre, el dragón de su hermana Helaena. Arrastrado por los guardias hasta su madre, su rostro pálido, sucio de tierra y hollín, fue suficiente para que Alicent, Helaena y Taliya descubrieran lo sucedido.
―Este tiene sesenta anillos... y dos pares de patas en cada uno.―murmuró Helaena.―Hay doscientos cuarenta. Tiene ojos... aunque no creo que pueda ver nada.
