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• Él es un hombre tan cansado de la vida de trabajo y ser un hechicero al mismo tiempo que solo necesita una liberación. Tú eres su pareja más joven, unos años más joven que el hombre de cuarenta años. Él tenía miedo al principio de la relación porque no creía que fuera tan atractivo como los hombres de su edad, pero a medida que fue pasando el tiempo vio cuánto te encantaba que él fuera mayor que tú, había un encanto en cada ojera, expresión fría. en su ceño fruncido que era demasiado sexy a tus ojos.
• También tendrás que mantenerlo informado de las cosas que suceden en tu círculo social, a él realmente no le importa, pero verte sonreír y hablar tan emocionado sobre un tema determinado también lo hace feliz y mucho más relajado de la rutina diaria. Él no entiende la mitad de la jerga que tú y Gojo usan cuando se reunen, pero no le molesta en absoluto (simplemente no lo llames "boomer", Satoru ya lo hace mucho y eso saca de quicio al rubio).
• Le gusta que lo saludes cuando llegue a casa. Puede ser un gesto simple pero te llena el pecho de una sensación cálida y satisfactoria mientras te besa en la coronilla, oliendo mientras una sonrisa casi invisible aparece en su rostro cansado. "¿Te comportaste mientras no estuve, nene?" Nanami habló con voz ronca y baja, escuchándote atentamente sobre tu día mientras sonreía al ver que al menos su esfuerzo diario valía la pena porque podía darte una vida más tolerable y cómoda. Aunque estaba cansado, te ayudaba con la cena, divagando ligeramente sobre lo agotador que fue su día y lo que podrías hacer el fin de semana.
• Si mencionas que viste algo que te gustó en una tienda, Nanami inmediatamente anotará la dirección e irá a comprar lo que quieras, incluso si trabaja horas extra para pagar todas las cuotas, tu sonrisa es más importante para él. "Todo por mi chico ¿verdad?" Hablaba con voz tranquilizadora para calmar tus nervios, mientras sus dedos se inclinaban sobre tu hombro como un gesto de tierno afecto proveniente del hombre mayor.
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Las primeras veces que tengan sexo él será un caballero contigo ── llamándote "dulzura", "cosita linda", "cariño", "príncipe", "chico lindo"; hablando de cómo tus gemidos son lo más hermoso que ha escuchado. "Sigue gimiendo chico... quiero escuchar todo de ti". "Qué hermosa voz tienes, dame mi nombre cariño y déjame escuchar más, di mi nombre cuando te corras ¿ok?" Estas serán algunas de las varias frases que diría Nanami mientras introducía dos de sus grandes dedos en tu coño hinchado y húmedo por la exagerada estimulación que le haría a tu cuerpo.
Le gusta comerte, verte temblar y asfixiarlo entre tus suaves muslos hace que la polla del rubio prácticamente se corra sin siquiera entrar en ti. Succiona tu clítoris pasando su lengua en círculos mientras sus callosas manos mantienen tus piernas bien abiertas para sus cálidas atenciones ── Kento susurrará alabanzas contra tu coño haciéndote estremecer con cada vibración de bienvenida a tu sensible carne. Al rubio le parece tierna la forma en que frotas tus caderas desesperadamente contra sus labios, haciendo que deposite besos en tu abdomen y conectando sus labios, separando el beso segundos después y mirándote directamente a los ojos, llorosos de placer.
"Parece que tienes prisa muchacho... Vamos, ven y cabalga mi cara, no te preocupes por tu peso que realmente puedo con ello." Nanami gimió mientras te veía obedecer su pedido y sentarte suavemente sobre su rostro ── tu dulce olor y tus húmedos jugos, el sonido de tu voz rogándole que "no se detuviera" era como el cielo para él. Nanami solo quería prepararte para su polla.
Cuando alcances tu segundo orgasmo de la noche ─ llorando y convirtiéndote en un hermoso y estimulado desastre para él, Nanami finalmente empujará su polla en tu pequeño coño, gimiendo ronca y privadamente en tu oído. "Puedes manejar esto, ¿no es así, pequeño? Te vas a correr en mi polla otra vez". Kento gemía, con las manos apoyadas a los lados de tu cabeza sobre el colchón mientras miraba directamente cada reacción que le dabas, desde tus pechos rebotando con cada embestida de sus caderas, hasta la vista de tu boca abierta salivando y manchando tus sábanas, hasta tu agujero húmedo chupando su polla de nuevo en tu calor palpitante. "Desesperado por ser follado pero demasiado tímido para hacer algo al respecto... mi lindo angelito no puede hacer nada más que sonrojarse. ¿Amas tanto mi polla dentro de ti?" Sonrió, mientras aceleraba sus movimientos, entrelazando tu mano con la suya, sintiendo sus bolas golpear tu trasero, haciendo un lento y perezoso ruido húmedo.
Sin embargo, si quieres que sea rudo y saque toda la ira y el estrés de tu cuerpo, Kento lo hará con toda la fuerza que ha reprimido durante años. Atándote con su corbata y amordazándote la boca con tu propia ropa interior, no tienes permitido hablar ni pedir nada, en ese momento eres su juguete personal.
Viste las venas de Nanami sobresalir de su frente, cuello y brazos mientras se acercaba al borde de la cama, abriendo bruscamente tus muslos ── tu novio, una vez gentil y dulce, dio paso a un dominador sádico y frío. No pudo evitar reír cuando vio tu carita follada con solo mirarlo ── aturdida y temblando, tu coño ordeñando el aire mientras él golpeaba tu muslo con fuerza, yendo a apretar tu pecho mientras gemías contra la tela y saboreabas tu propia humedad. "Eso es lo que obtienes por ser tan buen chico". Su voz era seria, mientras lo observabas sacar las bragas de tu boca y sacar su polla de sus pantalones.
Kento también tendría ¡vulnerabilidad!, lo que significa que estarás totalmente desnudo mientras que él estará vestido, pero solo sacará su miembro de su ropa y te follará ── completamente atrapado por el peso de su cuerpo, agarrando las sábanas y gimiendo mientras embiste en tu coño, tratándote como un vertedero de semen personal. Él sería grosero y diría las cosas más vulgares que jamás hayas escuchado de alguien, el caballero en él se iría con cada embestida que hiciera sobre tu cuerpo. "No eres más que un patético basurero de semen", siseó, su voz llena de mordaz desprecio. "¿Te gusta que te degraden, mi puta obediente?" se burló, con un brillo sádico en sus ojos.
Te follaría hasta el punto en que ya no podrías sentir tus piernas. Con dolorosas caricias finales, te acariciaría el coño mientras te veía gritar su nombre. "Shhh... te tengo, chico, fuiste un buen chico para papi, ¿de acuerdo?" Habló, volviendo a la normalidad, sosteniendo tu cuerpo tembloroso. Después del trato duro, él te cuidará como a un príncipe ─ limpiará tu cuerpo dándote besos calientes en la cara y ofreciéndote agua. Kento te llevaría al baño y limpiaría los rastros de sexo, mientras acariciaba tu cabello. "Duerme ahora, cariño, estaré aquí cuando despiertes". Sabías que estaría allí como lo prometió.
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