౨ৎ ⋆｡˚ "Antes de ti, el silencio y el vacío para mí eran como una herida abierta y dolorosa que teñía mi ropa de un rojo calloso e incómodo. Pero contigo, el silencio se convirtió solo en un espacio para llenar con tu risa y tu presencia etérea. Mis pensamientos se dirigen a ti, mi dulce sobrino, suelto y deliberado... Realmente no debería sentirme así, pero no sabes cuánto me afecta solo por que seas tú". - firmado por: 𝓽𝓲𝓸 𝓶𝓲𝓰𝓾𝓮𝓵.
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No eras tan ingenuo como para no notar la mirada lasciva de tu tío sobre tu cuerpo ─ especialmente cuando usabas vestidos cortos y blancos en días calurosos, tu piel brillaba con una fina capa de sudor mientras que tus curvas estaban ocultas por telas más gruesas, y los espacios densos estaban expuestos al mundo y a los ojos oscuros del vaquero.
Los mismos labios que un día te besaron tan inocentemente, sostenían la lengua caliente que traería tu ruina llena de lujuria. Tenía una mirada negligente, un aire áspero, era el mismo hombre que te había hecho probar el fruto del deseo prohibido ─ lejos de todo y de todos, ustedes dos no compartieron el cortejo inocente de ser solo sobrino y tío... Pero antes de que te detuvieras como un puto, con las piernas abiertas para alguien que juraste que nunca sentirías nada... No había comenzado así.
El deseo, como todas las cosas del mundo, debía tener un origen, una guía y una explicación ── todo pudo haber comenzado con el cruel dolor de perder a la esposa que tanto amaba Miguel, el nombre de la mujer ni siquiera era pronunciado por su boca, el mismo doloroso recuerdo de noches perdidas de promesas vacías cortadas por la trágica y filosa guadaña de la muerte y el destino. El hombre de piel bronceada pasaba noches cuestionándose el rumbo de su vida y la clásica pregunta: “¿por qué a mí?”.
Sin embargo, sin obtener una respuesta, se hundió aún más en su propia mente, el vacío de su hogar ahora sin esposa y los futuros hijos que ambos idealizaban no se habían hecho realidad.
Él era un hombre tonto, perdido y sin propósito.
Así, tal como el diablo intenta hacer que el pecado ocurra, finalmente encontró algo que llenó el vacío que una vez hubo en su alma dura y sucia: tú. Trató de reprimir estos sentimientos, no era amor, no era un amor puro y pulido, era un sentimiento corrupto de posesión y obsesión; quería controlar tu vida, controlarte y hacerte suyo para siempre, atraparte en algún lugar donde te mantuvieras a salvo de los peligros del mundo sucio donde vivían; pero él mismo era esta suciedad.
Luego, poco a poco, empezó a entrar en tu vida aún más como un parásito, implantando los pensamientos sucios que más tarde tendrías sobre él. Te alejó de tu familia y manipuló todo y a todos para que creyeran que él era la mejor persona para cuidarte ─ después de todo, él solo era un tío preocupado... ¿O no?
