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PADRASTRO! NANAMI KENTO - Quien comenzó a salir con tu madre porque le convenía tener compañía; en realidad, no la amaba, pero ya tenía cuarenta años y necesitaba darle sentido a su vida. Sin embargo, no esperaba encontrar la nueva obsesión de su vida de una manera tan poco convencional... Tú, el hijo de su futura esposa.
PADRASTRO! NANAMI KENTO - Quien quedó asombrado por tu belleza y hermosura, le preguntó a tu madre todo sobre ti ─ a qué universidad fuiste, qué te gustó o no te gustó e incluso detalles más intrusivos, en este caso si tenías novio o novia. Tu madre respondió algunas preguntas y él desvió su atención diciendo "Eran preguntas para tratar de ser un padrastro lo suficientemente bueno". A ti, en cambio, no te gustó su intrusión en tu vida y en tu hogar... Él se dio cuenta de eso y pronto pensó en una forma de tratar de cambiar las cosas a su favor.
PADRASTRO! NANAMI KENTO - Quién iba a decir que no te gustaba la idea, inicialmente tu instinto te decía internamente que había algo mal allí, pero no podías interponerte en el camino de la felicidad de tu madre, y él usaría todo a su favor. Comenzó a quejarse con tu madre de que no lo aceptabas como una figura paterna, haciendo que tu madre te diera un sermón de una hora hablando de cómo su compañero de trabajo y ahora novio era bueno contigo y trataba de ser tu padre incluso si no lo dejabas. Kento sonrió cuando vio tu cara de enojo, sabía que ahora tendrías que bajar la guardia con él y finalmente podría actuar de acuerdo con su plan inicial.
PADRASTRO! NANAMI KENTO - Quien deliberadamente va sin camisa y tiene pantalones deportivos colgando sueltos alrededor de sus caderas todas las mañanas en la cocina. Él te sonreía mientras el cabello rubio caía sobre su rostro y las ojeras moradas y el perfume amaderado que dejaba su piel, un alegre camino de pelo seguiría tímidamente hasta su entrepierna, dándole un toque extra a su apariencia musculosa, especialmente las gruesas venas que continuaban desde sus brazos hasta sus bíceps. Te sonreía con picardía mientras te preguntaba si dormiste bien y si tenías hambre ─ él aún notaría la resistencia en tus ojos y se acercaría a ti, besando suavemente el dorso de tu mano. "No soy tu enemigo, niño bonito... solo quiero ser lo mejor para ti, lo sabes ¿verdad?" La voz del hombre rubio era ronca y seductora, como un bálsamo, como si te estuviera llevando a una trampa tentadora.
PADRASTRO! NANAMI KENTO - Quien te hace sentir lástima por él, manipulándote, diciendo que tu madre no le prestaba tanta atención como al principio de la relación y cómo necesitaba trabajar más para compensar los gastos de la casa, diciendo que tú eras la única persona que aún le mantenía en esa casa y soportaba a tu madre... (Lo cual era una mentira; Nanami hacía todo lo contrario a lo que decía, ignoraba a tu madre y prefería gastar su dinero en comprarte regalos o incluso en comprarte un coche para que fueras a la universidad.) Te miraría con sus ojos marrones y pondría una mano en tu muslo. "Nunca te irás de mi lado... ¿Verdad, mí querido hijo?"
