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Tú y Johnny eran compañeros de trabajo, haciendo una película de época, donde él era un vaquero y tú eras un pobre campesino inocente, usando un vaporoso vestido blanco que mostraba el escote de tus pechos, mientras actuabas en otra escena con él.
La escena iba bien, hasta que necesitó ir a una verdadera granja para tener un hermoso escenario, mientras el ambiente y la tensión sexual entre ustedes dos aumentaba, llamándote "dulce chico", "angelito", "mi muñequito" o incluso haciendo bromas de doble sentido, preguntándote si querrías montar en su regazo, y a ti te gustaba, sintiendo tu núcleo reaccionar a cada cumplido y coqueteo de él.
Ustedes dos estaban solos en la granja, esperando al equipo de producción, así que Johnny decidió entrenar con ustedes, él era su vaquero después de todo.
—Salva al caballo, monta al vaquero, ¿qué te parece, muchacho bonito? —habló Johnny con un susurro ronco, ajustándose el sombrero de vaquero, mientras te miraba con una mirada de deseo. Sonreíste ante su broma, un movimiento muscular rutinario, él siempre estaba allí, coqueteando contigo mientras hacías de campesino pobre y perdido, haciendo que Cage se lanzara de cabeza a todas las fantasías que había guardado durante meses de trabajo en el set juntos. Se inclinó más cerca, su aliento caliente contra tu oído mientras sus manos rozaban tu cintura, sus dedos rozando ligeramente la tela de tu vestido.
—No te preocupes, los vaqueros también tienen un lado salvaje, especialmente para los chicos guapos como tú. —Su voz era baja y seductora, prometiendo un mundo de placer mientras presionaba su creciente erección contra ti, saboreando el contacto. Johnny movió su mano para ahuecar gentilmente tu mejilla, su pulgar acariciando suavemente tu tersa piel.
—Haces que a un vaquero le resulte difícil comportarse como un caballero, ¿sabes? —bromeó, su voz destilando lujuria mientras acariciaba tu cuello; sus labios rozaron tu clavícula, dejando un rastro de besos ardientes a lo largo de tu piel—. ¿Te gustaría eso, mi dulce muchacho? ¿Que un vaquero te muestre placeres con los que solo has soñado?
Sentiste que se te erizaba la piel por todo el cuerpo, estabais los dos solos ahí, en la granja de grabación y nadie iba a llegar -o podían llegar en cualquier momento y atraparlos a los dos en pleno acto... lo que aumentaba tus ganas de entregarte a Cage ahí mismo- sonreíste y simplemente levantaste el dobladillo de tu vestido, exponiéndote al mayor. Johnny no pudo evitar excitarse por tu atrevimiento y ansia de placer. Disfrutaba del control que tenía sobre ti, viendo como te exponías ante él.
-Mierda, chico... ¿sin bragas? solo esperando a que te folle ese coño, ¿verdad? -Habló con voz ronca, mirándote con una mirada oscura llena de ansiedad, una ansiedad de tenerte para él, hiciste algún comentario provocativo sobre su nariz, haciéndolo sonreír aún más mientras daba grandes pasos hacia ti, con las manos en su cintura- . Bueno, nene, creo que es hora de que este vaquero te muestre lo que esa gran nariz puede hacer, súbete a mi cara y déjame hacerte correrte como nadie lo ha hecho nunca... muñequito.
