¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bi Han siempre quiso verte con sus hijos, cada vez que te veía con esos mullidos vestidos blancos, luciendo como un pequeño muñeco; Tenía una erección.
Él quiere tanto verte con tu barriga redonda y llena de él, llena de su semilla.
Te veías tan adorable simplemente cuidando de él y de la casa para los dos, cada vez esperando que regresara con una sonrisa angelical en tu rostro.
Él necesitaba darte a sus hijos, hacerte un padre perfecto, a la altura del título de 'marido trofeo' que ya tenías.
Ese día abandonó temprano el clan solo para pasar toda la tarde contigo, el sol de verano ardía en el cielo y entraba con un resplandor etéreo por las ventanas – ya estabas en los rudos brazos del gran maestro, los rayos del sol insistían en iluminar tu piel, con cada beso frío y agresivo que tu marido depositaba sobre tu cuerpo desnudo, extendido sobre la primera superficie sólida que encontraba.
Su control vaciló mientras te observaba, tus labios brillaban con su saliva. La idea de llenarte con su semilla, marcarte como suyo, hace que una oleada de lujuria primaria corra por sus venas.
—¿Quieres que papi también te haga papi, pequeño? —gruñó, con la voz cargada de necesidad—. ¿Quieres sentir mi semen en lo más profundo de tu pequeño y apretado coño? Eres un niño muy sucio, rogando por el semen de papi —guió tu mano hacia su palpitante polla, ya dura y ansiosa por ti.
—Acarícialo, nene. Siente cuánto te desea. —Gime mientras tu mano me envuelve, acariciándolo de arriba a abajo, al ritmo de sus propios movimientos—. Eso es, nene. Muéstrale a papá cuánto lo deseas tú también.
Con un impulso repentino, se enterró profundamente en ti, llenándote con su dura longitud. La sensación era abrumadora, el placer se mezclaba con un toque de dolor mientras te estiraba hasta el límite. Sus caderas se balanceaban contra las tuyas, un ritmo de lujuria carnal se apoderaba de ti.
—Te voy a preñar, mi dulce muchachito. —Los gemidos llenaron la habitación, una sinfonía de placer mientras sus cuerpos se movían como uno solo. Él succionó y mordisqueó tu piel sensible, marcándote como suyo. Con cada embestida, te reclamó, reclamando su derecho sobre tu cuerpo y tu alma.
—M-Maldita sea, nene... Vas a ser el mejor padre, si me quitas mi semilla de esta manera. —Puede sentir las intensas contracciones de tu coño alrededor de su polla, sacándolo mientras alcanzas tu clímax. La necesidad y el deseo crudos en tu voz solo lo llevan más allá del límite. Con un gemido gutural, libera su semilla fría y espesa en lo más profundo de ti, llenando tu útero con su esencia.
-Mi pequeño zorrito reproductor. Te voy a dejar embarazado, te voy a llenar de mis hijos. Llevarás mi semilla, mi legado.
Bi Han saca su polla de tu dolorido agujero, metiendo tres dedos dentro. Mantiene sus dedos profundamente dentro de tu coño, asegurándose de que cada gota de su semen permanezca dentro de ti.
—No desperdicies nada, muchacho, de lo contrario tendré que follarte hasta llenarte de mi semilla. —Señala tu estómago—. Te voy a llenar hasta aquí, ¿me oyes? Así que sé un buen muchacho y tómalo todo para papi.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
