Capítulo 3: Tu última voz

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Ambos hombres conversaban saliendo de la conferencia hasta que cierta persona unos 20 centímetros más pequeños que Hades se unió a la plática.

—Hola, amor de mi vida y hola al mejor amigo del amor de mi vida. —con una sonrisa, Qin saludó a los dos treintañeros, aunque él ya estaba en los treinta, y le dolía.

—¿Qué haces aquí, Qin? —un poco frustrado, Hades cuestionó y es que no pasaba de medio día como para que su pequeño esposo estuviera fuera del trabajo. —¿No deberías estar en la oficina?

—¿Pelea de pareja? —sonrió Beelzebub, era divertido ver a su hermano no de sangre tener problemas ridículos en el "paraíso". —Quizás deba tomar asiento.

—No ayudas, Beelzebub. —regañó Hades.

—Hades, Hades, Hades. —comenzó Qin cruzado de brazos mientras ladeaba la cabeza de un lado a otro, negando el drama que quería hacer. —Cuando se es jefe de tu propio negocio, puedes darte ciertos lujos, ¿O me equivoco? —acercó su rostro al de su pareja, aunque tuviera que pararse de puntitas.

—A veces me pregunto cómo es que me enamoré de ti. —y sin importar que hubiera ojos chismosos por ahí, tomó a Qin por la cintura atrayéndolo hacia su persona.

—No hay de qué preocuparse, dejé a Hércules encargado en el despacho, ya sabes, su buen sentido de justicia nos ayuda en los juicios. —de una manera coqueta, Qin posó sus manos justo en la retaguardia de su pareja.

—Si esto continua, voy a tener que llamar a la policía. —como si no le importara, aquel hombre que denominaban demonio expresó, no quería que su amigo terminara en la cárcel por comportamientos inadecuados en la vía pública, aunque teniendo a Qin de abogado... No, definitivamente no convenía.

—Como sea. —Qin se separo de Hades. —¿Cómo estuvo su aburrida conferencia?

—Nada nuevo. —añadió Hades.

—Pesada. —agregó Beelzebub.

—¿Y cómo está mi mejor amigo, Beelzebub?

—En una investigación de campo. —desviando un poco su mirada, el hombre que siempre vestía de negro a excepción de su bata, exclamó. —Nada fuera de lo normal.

—¡Oh! —Qin golpeó su puño sorprendido. —Eso me recuerda a aquella vez donde Niko estuvo desaparecido por 3 meses sin dar señales de vida y a la mera hora estaba en una de sus investigaciones en otro país.

—¿Cómo olvidarlo? Si Beelzebub casi le daba un infarto cuando Nikola llegó a su casa como si nada y con recuerditos. —asintió el de blanco.

—Sí, hasta Beelzebub fue a denunciar su desaparición. —entre risas, Qin hablaba. —Hasta en las cajas de leche apareció.

—Por supuesto que tenía que preocuparme, estaba interesado en que fuera mi pareja en aquel entonces. —un poco sonrojado, Beelzebub se defendía y es que no sabía que su pareja tendía a desparecer por sus investigaciones.

—Que divertido... —y como si no fuera nada nuevo, Qin soltó su última carcajada.

—Yo me pregunto como es que eres amigo de Nikola. —suspiró Hades, sabía que, si la situación avanzaba, su pareja iba a terminar con una lobotomía gratis.

—Dios nos hace y el diablo nos junta. —orgulloso de sí mismo, Qin expresó.

—No tengo suficiente tiempo para esto, me voy a mi oficina. —finalizó Beelzebub retirándose del lugar, a veces ese tipo que se decía ser un abogado de excelencia era muy cansino.

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Llegado el atardecer y al parecer uno muy caluroso, Beelzebub se encontraba en su la sala de la casa viendo un programa de televisión sin sentido, no comprendía por qué Dioses y humanos se enfrentarían, bueno, era por el destino de la humanidad, muy cliché si se lo preguntan.

En eso, su celular sonó y al tomarlo, sonrió puesto que se trataba de su pareja.

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"¿Bueno?"

"¡Beelzebub, ¿Cómo va todo?!"

"Estoy un poco aburrido sin ti".

"Yo no estoy aburrido, Beel, al contrario, esta investigación está siendo muy provechosa para mi proyecto".

"Se supone que tenías que decir que también estás aburrido sin mí".

"Ah... No te rías que te estoy escuchando...".

"¿Qué tal el hotel? Si necesitas dinero, no dudes en pedirme".

"Gracias, el hotel es pequeño pero cómodo, el señor también es muy amable, ¿Y a ti cómo te fue en tu conferencia?"

"Algo tediosa, pero sobreviví, por cierto, ¿Dónde estás ahora?".

"Voy saliendo del hotel a comprar la cena".

"Entonces te dejo para que comas bien, hablamos luego, te amo".

"Yo también te amo, Beel".

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Y finalmente la llamada finalizó dejando a un Beelzebub pensando para sí mismo, esperando que su pareja se encontrara bien ya que el 26 de mayo era la fecha de aniversario de la muerte de su hermano mayor.

—Dane estaría orgulloso de ti, Nikola. —con una sonrisa, Beelzebub dijo a la nada. 

El hubiera NO existeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora