CAPITULO 4

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RACHEL

Me encuentro en mi habitación sentada en mi cama delante de Caleb. - ven, tengo que curarte esa herida del labio antes de que se infecte- digo levantándome y cogiendo el botiquín que siempre tengo en mi cuarto.
-No hace falta, estoy acostumbrado Rachel- dice con un leve tono de burla.
-Estaré todo el rato contigo y no permitiré que te pase nada, no te preocupes tú eres más fuerte que todo esto.
Me siento de nuevo en la cama y sujetó su cara para pasar un paño limpio por su labio. Lo miro fijamente.
- No podré superar ni la primera prueba.- digo derrotada.
-No digas eso, puede que tu cuerpo no sea el más fuerte pero tu mente si, eres la más lista de todo el reino y eso es una ventaja, solo tienes que aprovecharla.- me mira con ternura y me recoge en sus brazos dándome un cálido abrazo.
- Te quiero y superaremos esto juntos- me da un beso en la coronilla.
Yo me aferro a sus brazos sin decir ni una palabra. No sé cuánto tiempo pasa pero escucho ruidos en casa.

-! Esto es inaudito!-grita mi madre desde el salón. Mi hermano y yo nos levantamos a la vez y vamos hacia ella, se escucha muchos gritos abajo. Poco a poco vamos bajando los escalones y vemos a la reina Leonor en el salón teniendo una discusión acalorada con mi madre. El salón está rodeado  de soldados
-! Es por su bien!- grita Leonor. - ! Lo mejor que le puede pasar es entrar en la escuela y hacerse fuerte para los tiempos que vendrán!- ella respira profundamente. - no pretendo que lo entiendas, solo quiero no que te interpongas.- concluye ella.
- !Me interpongo porque yo soy su madre!-  la mirada que lanza mi madre a la reina me tiene totalmente desconcertada no logro descifrarla, como se atreve hablarle así, me inunda el pánico de que le hagan daño por desobedecer o por encararse por mi culpa
- Serás su madre, pero yo decido que hacer con ella- se gira lentamente y me mira, con una mirada tierna- y ella se viene conmigo.-  comienza andar hacia la puerta de salida- Rachel tienes 10 minutos para recoger todo y venir conmigo.- dice sin mirarme a la cara y sin decir nada más sale de la casa escoltada por soldados.

-¿Qué acaba de pasar? ¿Y porque estaba aquí la reina.... Para hablar sobre mí?- le pregunto a mi madre sin creerme lo que acabo de ver.
- Eres mi hija y llevo trabajando para ella muchos años, pensaba que podría tener misericordia, pero no, piensa igual que su marido.-  respira profundo. - Le he pedido ayuda y no me la ha dado, queramos o no, no podemos hacer nada y aunque me mata por dentro tener que ver cómo te vas.- dice acercándose a mí y cogiéndome la cara con ambas manos.- tienes que ser fuerte, podrás con esto y mucho más.- dice besándome la frente.
- Recoge tus cosas y prepárate. Te están esperando- dice aguantándose las lágrimas, se gira y va hacia la cocina llorando.

-Haz caso a mamá y vamos a recoger tus cosas- dice cogiéndome de la mano Caleb y subiéndome de nuevo a mi habitación.
Me inundan miles de preguntas de cómo es la escuela, que es lo que hacen para poder entrar, como son las pruebas, cómo serán los profesores, cómo será vincularse con un dragón, todos las preguntas se me agolpan.
-¿En qué consiste la primera prueba para entrar a la escuela?- pregunto cogiendo mi mochila y metiendo ropa limpia.
-No lo sé, no nos permiten saberlo hasta apenas unas horas, ya que quieren que sea un factor sorpresa y que nadie pueda estar preparado para ella, ya sea por viento, mar o tierra.- dice en un tono serio, puedo notar como tensa la mandíbula.
- Escúchame Rachel- me quita la mochila de las manos. - A partir de pisar laguna negra dejaré de ser tu hermano y nos regiremos por las normas del cuerpo del ejército de Samantia. Este año seré suboficial, haré todo lo posible para que estés en mi tropa y poder estar contigo. Pero no pueden ver favoritismos, tengo que tratarte como a uno más.- dice mirándome a los ojos.- Punto número uno, nunca lleves en la mochila más peso del que puedes cargar.- dice deshaciendo mi mochila. - Solo coge lo que necesites, con una muda limpia tienes suficiente, allí te darán uniforme.- sigue hurgando en mi mochila y saca mi libro favorito.- ¿Enserio?- dice con incredulidad.- un libro no te salvará la vida.- dice dejándolo en el escritorio.
- Pero es mi favorito.- respondo con tristeza.
-cuando superes el primer año podrás volver a por todas tus cosas, pero primero tienes que centrarte en sobrevivir.- dice metiendo una muda limpia en mi mochila, un cepillo de dientes y un peine. Eso es todo lo que llevo.
-Tendrás ventaja si no tienes peso encima que pueda desestabilizarte.- me da la mochila. - y ahora nos toca irnos, han adelantado la ceremonia.- dice.
- Voy- agarró la mochila con fuerza y me aliso el vestido negro que llevo. Me sudan las manos y noto mi corazón a mil por hora, pero aquí estamos, no hay escapatoria, no me queda otra que sobrevivir.
Bajamos al salón donde esperan nuestros padres.
Lo más duro de ir de cabeza a un matadero es despedirte de tus padres, no tengo palabras que calmen su ansiedad y miedo, cuando el mío es mayor. Solo puedo abrazarlos sin contar los minutos que pasan ya que puede ser la última vez que lo haga.
No pueden parar de llorar mientras me agarran con más fuerza.
- Solo te pido que vivas, que luches por vivir, acuérdate que estamos esperándote siempre con los brazos abiertos.- me dice mamá que no puede parar de llorar.
Un solado irrumpe en la casa y mi hermano saca su espada con un movimiento veloz y la coloca a la altura de su garganta. - Da un paso más y te mato, dale un minuto que termine de despedirse y ahora saldrá.- dice Caleb a regañadientes.
Verlo así, empuñando un arma es algo tan impactante, mi hermano, alguien tan dócil, tan dulce, supongo que esto es lo que hace la guerra, cambia a las personas, las vuelve más fuertes.
- De acuerdo, pero no tardes.- dice el soldado en mi dirección sin mirar a mi hermano, se gira y se va.
En el pequeño incidente con el soldado mi padre había ido a su habitación y vuelve con algo entre las manos.
- Mi pequeña.- me acaricia la cara. - quiero que tengas esto, pensaba dártelo más adelante, pero...- se le atasca las palabras y yo lo hago callar para que no tenga que mencionarlas, ni si quiera es capaz de decir la posibilidad de morir hoy. - solo quiero que lo tengas y te acuerdes de nosotros, era de mi padre y yo lo he llevado toda la vida hasta que te tuve a ti y decidí que te lo daría en el momento adecuado  y creo que ese momento ha llegado, igual que hizo mamá con Caleb cuando le dio su collar de cuando estaba embarazada de él.- da la vuelta detrás mía y me coloca el collar,  es hermoso. Es un pequeño ave fénix con plumas rojas. - Cada vez que dudes o tengas miedo, agárralo y piensa que estamos contigo, y que da igual lo que pase o lo que fracases porque siempre resurgirás como un ave fénix.- dice mi padre separándose de mí y poniéndose en frente para poder verme.
- Te queda hermoso.-  dice con una sonrisa y de pronto se pone serio.
- Papá...-  le abrazo. - viviré y volveré con ustedes.- le digo separándome y abrazando a mi madre.
- Confiamos en que así sea.- dice mi madre antes de soltarme.
- Ya tenemos que irnos.- dice Caleb al lado mía. El también abraza  a mamá y papá antes de terminar de recoger y salir por la puerta de casa.
Me quedo mirando la puerta al salir,no  sé si volveré a entrar por ella, pero lo que sí sé es que lucharé por hacerlo, lo haré por mi familia, pienso agarrando el collar de papá.
-¿Estas lista hermanita?- pregunta Caleb antes de subir al carruaje de la reina Leonor y lo sigo detrás.

Una vez sentados la reina habla.
-Rachel no hallaba la hora de poder hablar contigo.- dice mirándome. - La preparación de la escuela es muy dura y hay mucha competitividad, buscarán a los más débiles que sean un lastre para poder matarlos y seguir subiendo puestos. No quiero que estés asustada, te protegerán, solo te limitarás a pasar las pruebas pero nadie te tocará fuera de ellas porque para eso tendrás quien te proteja pero no sabrás quien.-  dice y mi hermano y yo nos tensamos al momento.
-¿Quieres brindarme ayuda después de decirle a mi madre que no?- preguntó sin creer que lo haya dicho  en voz alta.
- No, le dije a tu madre que no haría nada para detener tu reclutamiento porque pienso que es lo mejor, pero no voy a permitir que te hagan daño. - dice y se queda de golpe callada. Tose con incomodidad.
-¿Porque te preocupas por ella?- dice Caleb con tono amenazante.
- Es la hija de la doncella que lleva toda la vida trabajando para mí, es lo mínimo que puedo hacer.- contesta.
- ¿Quién va a protegerme?- pregunto.
- No lo sabrás, tú solo limítate a superar las pruebas, ellos solo se encargarán de que nadie te haga daño lo demás está en tus manos.- dice mirando por la ventana del carruaje.
- Yo puedo protegerla.- dice Caleb tensando la mandíbula.
- Tú tienes que seguir formándote, y te mandarán hacer misiones y puede que no estés en la escuela por semanas. ¿Cómo podrás protegerla si no estás presente?- contesta Leonor. Y Caleb se queda en silencio.
- Quiero saber quiénes son los que la protegerán para que me informen de...- dice Caleb pero le corta Leonor.
-Silencio... eso no es de tu rango, no puedes saber nada, solo limitaros a superar las pruebas y ya.- concluye Leonor.
Nos pasamos el resto del camino hablando de los trucos para superar pruebas que Caleb ya había hecho. Pasada las dos horas el carruaje frena.  Hemos llegado. Y mis nervios vuelven a mí como una corriente eléctrica.
- Es la hora- dice Caleb bajando del carruaje y ofreciéndome la mano para bajar. Lo repite con Leonor.
-Mi labor termina aquí.-  dice Leonor que mira a su  alrededor antes de girarse hacia nosotros.- Rachel...- me dice mirándome con... ¿temor?- yo solo quiero decirte que... tengas suerte... y que sobrevivas,- dice antes de girarse para irse,  pero se arrepiente al segundo y se abalanza hacia mí abrazándome.
La reina Leonor me está abrazando. No doy crédito, me quedo helada ante su reacción, una descarga eléctrica me invade el cuerpo ante su contacto, mi cuerpo por fin cede y consigo corresponderle el abrazo, de todas maneras es por ella quien me va a proteger aunque sea por hacerle un favor a su doncella de confianza, le debo la vida. Ella relaja los brazos y poco a poco se separa de mí, por último me desea suerte y se va, dejándome con mi hermano y yo desconcertados.
- ¿qué acaba de pasar? ¿Y porque te ha abrazado la reina?- pregunta Caleb sin creer lo que acaba de pasar y yo tampoco.

Owen blanders   aparece en mi vista y cuando consigo recomponerme observo el lugar que me rodea, estamos en el bosque,  con enormes árboles alrededor nuestra y sin ningún tipo de edificio o aldea alrededor solo bosque, también están todos los candidatos, se nota el miedo y las ganas en el ambiente, la mayoría están aquí por devoción y otras... por qué no nos queda de otra.
- ! Ha llegado la hora que demostréis de que estáis hechos!- grita owen.
- ! Caleb! A vuestro  rango! ya!- grita un hombre vestido con el clásico uniforme de jinete pero con una insignia en el brazo derecho que pone capitán.
- mierda.- dice Caleb en voz baja. - tengo que irme, recuerda todo lo que te he dicho de camino hacia aquí, ponlo en práctica y sobrevivirás.- dice despegándose de mí poco a poco.-Rachel, ve con los candidatos de primer año y por favor, vive, no quiero ser hijo único.- dice antes de marcharse por su camino con media sonrisa en los labios en un intento de que sonría y lo consigue, hasta en los momentos más difíciles siempre consigue hacerme sonreír.

Respiro profundo antes de girarme hacia la derecha y dirigirme al pelotón de personas que hay esperando indicaciones debajo de un enorme árbol. Todos están nerviosos y eufóricos. Me voy al fondo para pasar desapercibida y me coloco de espaldas a un árbol, uno de los consejos de Caleb, nunca dejar la espalda al descubierto a tus enemigos.
Nueva vida allá voy.

Fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora