Sombras del pasado

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Había sido invitada a comer como tantas otras ocasiones, y la calidez con la que siempre la recibían sus padres la hacía sentir parte de la familia. Yoshino, la madre de Shikamaru, la abrazaba como si fuera su propia hija, siempre tan atenta y amorosa, mientras que Shikaku le sonreía con esa calma que caracterizaba a los Nara, haciéndola sentir en casa.

Después de la comida, Shikamaru la llevó a su cuarto, como era costumbre. Allí, rodeados de libros y apuntes, él le ayudaba a estudiar. Shikamaru a pesar de ser algo "flojo o perezoso" siempre había sido increíblemente inteligente, y la manera en la que explicaba los conceptos complicados la hacía admirarlo aún más. Además, él aprovechaba cualquier momento para inclinarse y besarla suavemente, con esa mezcla de dulzura y pasión que tanto le gustaba a Hinata. Siempre le susurraba cuánto la quería, cuánto significaba para él, y eso hacía que su corazón latiera más rápido.

Esa tarde, mientras cerraban los libros y recogían sus apuntes, Shikamaru se recostó en la cama, mirando al techo por un momento, con una expresión pensativa. Luego, rompió el silencio:

—Oye, Hinata... —dijo con esa voz tranquila que a veces escondía su preocupación—. Quería preguntarte algo. Ese chico de la universidad... —hizo una pausa, mirándola de reojo—. Me está empezando a molestar verlo cerca de ti tan seguido.

Hinata lo miró, sorprendida. Sabía a que se refería a Sasuke, pero no esperaba que Shikamaru trajera el tema a colación.

—¿Por qué siempre está rondando tu facultad? ¿Te ha dicho algo o insinuado algo que yo deba saber? —ese chico no le agradaba para nada por lo que decían de él.

—No, Shikamaru —respondió, con una suave sonrisa, mientras se acercaba a él—. No te preocupes, yo siempre le he dejado claro que estoy contigo. Además, él tiene novia, es Sakura-san. Si me cruzo con él es porque la va a ver frecuentemente. Eso es todo.

Shikamaru la miró a los ojos, relajando el semblante al escuchar su respuesta. La tomó de la mano y la atrajo hacia él, haciéndola sentarse a su lado en la cama.

—Está bien, confío en ti, Hinata —dijo, besándole la frente—. Solo quiero asegurarme de que estés bien. Tú eres lo más importante para mí.

Hinata sintió una ola de ternura y seguridad al escuchar esas palabras. Sabía que Shikamaru siempre la protegería, no solo de los demás, sino también de cualquier duda o inseguridad que pudiera tener. Y en ese momento, comprendió que su relación estaba construida sobre la confianza mutua, una confianza que ambos atesoraban profundamente.



El avión aterrizó suavemente en el aeropuerto, y al bajar, Hinata pudo ver a Kiba y su esposa esperándolos con una sonrisa radiante. Hace un par de años los castaños se casaron tanto civil como religioso, a la cual la invitaron, pero ella lastimosamente no pudo ir y ellos lo entendieron. Kiba, siempre tan efusivo, la saludó con un fuerte abrazo.

—¡Hinata! ¡Es bueno verte de nuevo. No sabes cuánto te extrañé! —dijo Kiba mientras tomaba las maletas.

—Por cierto, felicidades por su boda. Es bueno saber que siempre estarán juntos —les sonrió a la pareja.

—Gracias Hinata —la abrazó Tamaki, mientras le preguntaba por Hiashi.

—Lo llevarán en ambulancia, no puedo ir con él porque deben estabilizarlo —explicó preocupada.

—No perdamos tiempo y sigámoslo en el auto —así llevó las maletas atrás y empezó a conducir.

Camino al hospital, Kiba y su esposa intentaban aligerar el ambiente. Kiba, en su estilo bromista, intentó animar a Hinata mientras conducía.

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⏰ Última actualización: Oct 25 ⏰

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EL CAMINO HACIA TI (SASUHINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora