De alguna manera logré reencarnar como la doncella principal de la emperatriz abandonada, quien había traído nupcias por el bien de ambos imperios y así parar la guerra que ya había durado cien años. Su nueva vida parecía ser un camino de flores de...
La peliblanca se quedó a un lado del escritorio, en la espera de que el menor comenzara a degustar el almuerzo que preparó con tanto esfuerzo. Sus ojos carmesíes brillaron cuando Akane tomó el plato de arroz primero y dio sus primeros bocados.
El arroz frito no era un platillo que se servía en el occidente, el platillo hecho en china le faltaba varias décadas para que se volviera uno de los platillos más pedidos en todo el mundo junto con el pollo con ajonjolí y miel.
Realmente es una pena que no encontrará miel en el almacén para cocinarlo.
Tenía el antojo de la comida china y lamentablemente no existían restaurantes chinos en este mundo para satisfacer su antojo. El pensamiento de una buena comida china hizo que su estómago gruñera para su vergüenza, con suerte no fue lo suficiente fuerte como para llamar la atención de su joven maestro.
- ¿No preparaste alguna bebida para la comida? –
La repentina pregunta de Akane le sacó de sus pensamientos de pollo con miel y fue entonces que se dio cuenta de que olvidó traer la jarra de jugo que preparó por estar tan emocionada en traer la bandeja de comida.
- ¡Hahi! ¡Vuelvo enseguida! – Exclamó la peliblanca antes de salir corriendo de la sala de estudios.
Akane solo vio a la chica correr a buscar la jarra de jugo, no sabía en qué pensar sobre su descuido, sin embargo, él no pensaba en castigarla por su error.
Su madrastra siempre abofeteaba a las sirvientas que cometían errores, si estaba de mal humor, ella buscaría a cualquiera para descargar su ira con abusos verbales. En todos sus ataques de mal humor, Akane fue la principal víctima, por lo que él no deseaba volverse como la condesa Aoi, así que no castigaría a Nene por un simple descuido.
El peli naranja siguió comiendo el arroz que trajo, ignorando por completo el estofado de res que le sirvieron.
Después de todo, no confiaba en comer un solo bocado del estofado correctamente.
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El tintineo de los platos de porcelana llenaba la cocina mientras que Nene lavaba los utensilios que usó para el almuerzo con un aura de depresión. En los últimos días que se encargaba de la comida, hubo ocasiones donde Akane dejaba algunos platillos sin tocar.
Ver que la comida que tanto se esforzó en cocinar en esta rústica cocina era desperdiciada era deprimente.
Aunque en realidad ella terminaba de comérsela.
Pero aun así ¡Era injusto!
¿Por qué Akane-kun no le gustaba su comida sin probarla?
Nene dejó salir un suspiro cansado.
Si no fuera una joven adulta con conocimiento del futuro y una conexión a internet para distraerse con todo tipo de videos, ella estaba segura de que estaría aún más enojada de lo que ya estaba en estos momentos.
