Tentación divina.

Capitulo 7

Una cosa era segura y era lo muy emocionada que estaba Harley. A lo largo de toda su corta vida, ella se enamoraba perdidamente de cualquier tipo de afecto, desde la alabanzas de un entrenador por una excelente pirueta, hasta las amables palabras de apoyó de sus amigas en la escuela. Tal vez fue, que Jack al principio de conocerlo, fue muy lindo con ella, amable e incluso romántico. Hizo muchas cosas por él, en el nombre del amor, como estafar, robar y también apuntar a más de una persona con una pistola.

Harley caia rendida a cualquier tipo de atención.

Sus padres no fueron los mejores, su madre era una ama de casa de los suburbios, amaba más al alcohol que a sus propios hijos, incluso podía recordar como ella prefería comprar unas buenas cervezas para ella, en vez de conseguirle las barras de chocolate que tanto amaba ella y Barry su hermano menor. Su papá tampoco era un gran ejemplo a seguir, un hombre con indicios de cabellos canosos, endeudado por tantas apuestas en los bares más insolubles de la ciudad.

Una pequeña niña junto con su hermano eran testigos de los hombres que entraban a su hogar a golpear a su padre. En ese tiempo no entendía porque pasaba tan a menudo, porque esos hombres pegaban a su padre y él solo gritaba que le den más tiempo, para una niña con la mentalidad de 11 años, no lo podía entender, esa era su casa, el lugar más seguro.

Bueno, eso ahora estaba muy claro. Su familia era un completo fracaso. Ahora entiende las elecciones mal tomadas por ella, no tuvo los mejores ejemplos a seguir, sea como sea, ahora se siente orgullosa por estár en la universidad.

— Buenos días Harley. Los chicos trajeron pizzas para desayunar, ya sabes, ayer se quedaron a dormir en... Dónde sea que se acomodaran. Está caliente, estamos abajo.— entró a la habitación la pelirroja con pecas. Babs nota que su amiga está en el suelo de rodillas frente a una maleta roja acomodando lo que parecía ropa. — Oye, ¿te vas a algún lugar?

Harley se levanto de un salto con una prenda en manos, Barbara noto que eran unas bragas, si a eso se le podía llamar bragas, solo era un pedazo de tela muy delgada.

— ¿Crees que está prenda es muy descarada?— pregunta la rubia con preocupación plasmada en la cara. Barbara penso la respuesta pero fue incapaz de responder. — Olvidalo, lo llevaré por cualquier situación que sea necesaria.

Harley se movía en la habitación buscando algunas pertenencias suyas. Un par de calcetines, desodorante, cremas, perfumes, fue directamente al baño en busca de su cepillo de dientes e hilo dental. Cuándo salió con los objetos en mano noto a su amiga aún de pie, esperando alguna explicación.

— Lo siento por no decirte ayer. Estabas muy agusto con Barry que no quería interrumpirte, Babs.— la rubia deja caer sus pertenencias en su cama para después poner las manos en las caderas. — ¿Te llegaron los avisos de la universidad en tu correo institucional? Llegaron hoy en la madrugada.

— Si, suspensión de clases por esta semana o hasta nuevo aviso.— Barbara seguía con la mirada a su amiga que seguía acomodando sus pertenencias. — Pero, ¿te irás a casa? Pensé que tenías trabajo aquí.

— Bueno, no exactamente. ¿Recuerdas a la pelirroja que mencione la otra vez, la Dra Isley? Jess la conoce, es quien da sus conferencias en su facultad. — Harley observa como la pecosa asintió dos veces en reconocimiento. — Bien, ayer me la tope de casualidad... Nos saludamos, después una cosa nos llevó a otra.— la rubia se sonroja en solo recordar en lo muy cercanas que actuaron.— Que al final me invitó a la casa de su infancia.

—¿Qué? ¿Aceptaste?— cuestionó su amiga con preocupación plasmada en la cara. Sabía que Harley era imprudente, desordenada e incluso caótica, muchas veces toma decisiones apresuradas sin pensar en su bienestar, esta mujer era una completa desconocida. — Harley, ¿no crees que es muy pronto para ir a.... donde sea con esa mujer? se que te gusta, pero, es muy peligroso. ¿Qué tal y te pasa algo malo?