Capitulo 5

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El Iceberg Lounge, como de costumbre estaba iluminado con luces tunes color neón, cubriendo como un manto nocturno los cuerpos casi desnudos de las bailarinas, contrastando con el maquillaje esparcidas en los rostros alrededor de los ojos de cada chica.

Los espectadores, en su mayoría millonarios, actores, políticos y algún que otro policía corrupto de alto rango, ocupaban las grandes mesas redondas con su respectiva bailarina, deleitándose con  cada curva exuberante de las mujeres sobre las mesas, sin ser conscientes del dinero que derrochaban en ellas.

En lo alto del gran y exclusivo lugar, justo sobre los demás clientes, estaba la zona VIP, el lugar designado de los mafiosos más importantes de toda Gótica. Aunque nadie había dado acto de presencia, las bailarinas ya estaban a disposición de ellos desde ahora. Las chicas estaban frente a la gran mesa ovalada, a todo su explendor, las seis mejores y más atractivas de Oswald, con la diferencia de que esta vez no contaban con un tubo plateado, sino que se encontraban dentro de tres jaulas doradas y en cada uno de ellas, había dos chicas en el interior, bailando seductoramente entre ellas.

Ahí estaba Harley, sin duda.

La rubia podía sentir las manos frías y sudorosas de su compañera de jaula recorriendo su espalda expuesta, sus cuerpos esbeltos se unieron casi formando uno solo. Era denigrante tener que actuar de forma tan precaria para estos hombres y se sentía tan sucia consigo misma a cada segundo, no sabía si su compañera se sentía de la misma manera, no quiso preguntar de todos modos, aún así, mentalmente le pedía disculpas cada vez que sus propias manos se arrastraban por la cintura estrecha, hasta perderse por las piernas. Harley creía que la música sensual le enviaba corriente eléctrica dolorosamente a cada vaivén de caderas, no era para nada exitante, no con esta mujer que apenas y habían cruzado palabras y por una extraña razón, tenía la sensación de que los labios de su compañera raspaba como lija dura contra su hombro haciéndola estremecer de asco.

En un intento de evadir la mirada de su compañera, la cual estaba metida en su papel de erotismo, pudo ver a Oswald sentado en su lugar designado en la gran mesa. Los ojos azules de Harley se agradaron en indignación al observar la mirada laciva y perversa del hombresillo. Ahora podía entender el esmero de su compañera. Oswald era repugnante en todo los sentidos, perverso y pervertido, pero eso no cambiaba el hecho de que era el segundo hombre millonario famoso, contando aún con el playboy Bruce Wayne. Su estatura era baja, incluso más baja que Harley, su nariz era muy grande y larga como las brujas en los cuentos de hadas, su cuerpo era redondo y vestía con Smoking negro, acompañado con su sombrero de copa y con su inseparable paraguas negro. De ahí el parecido a un pingüino.

El hombre se hundió más en su silla de cuero mirando sin parpadear justo en la jaula de Harley, mientras se lamía los dientes saboreando la vista estimulante. Se había sentido atraído por la rubia de Joker, y no había buscado la forma de tranquilizar su picazón desde hace un tiempo.

——Son preciosas, ¿no lo crees mi amigo? —— la voz estridente y llena de hipocresía se abrió paso entre los sonidos del lugar. ——Solo lo mejor, para lo mejor, Oswald.

—— Alguien está de buen humor esta noche, ¿no es así Jack? —— pingüino se giró en busca de su socio más cercano.

——Los negocios salieron a pedir de boca, mis compradores Alemanes están satisfechos con el producto, ningún problema con nuestro cargamento, no hubo rastros de la DEA y la entrega del producto de la Señorita Ivy fue todo un éxito. —— parloteo Jack tomando asiento en su lugar en la mesa, se pasó una mano entre su cabello verde y tomó su bastón con la mano libre. —— En resumen, tendremos plata para repartirnos esta noche. La perra pelirroja vendrá a cerrar nuestro contrato, esperaba poder persuadir esta noche, tal vez para más tratos millonarios como este.

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