04. 𝓝𝓸 𝓹𝓸𝓭𝓻𝓮́ 𝓪𝓵𝓮𝓳𝓪𝓻𝓶𝓮

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—Beso, beso, beso, beso...

Todos gritan y ríen mientras el mundo sigue en pausa para Ian y para mí. Él está muy serio mirándome como si fuera un espectro o algo así.

¿O tendré un moco en la cara?
Dios... eso sería horrible.

Cuando estoy a punto de decir algo, lo que sea, mi mejor amiga me interrumpe.

—Chicos, Ian es el tío de Nina —dice Sophie, y todos abuchean ahora.

Siento que mis mejillas se vuelven a sonrojar cuando Ian sonríe tiernamente y aparta la mirada. Esto es incómodo.

Sin previo aviso, él se levanta de su silla, apoya sus manos en la mesa y sin darme tiempo a reaccionar, se inclina hacia adelante para poder darme un tierno beso en la frente.

Oh por...

Mi corazón late y late como si hubiera terminado recién de haber corrido una maratón y mis pupilas de seguro se han dilatado. Escucho un "aaawww" de parte de los demás y mi estomago lucha contra las jodidas mariposas que ya creo se han convertido en polillas mutantes.

—Es lo único que puedo ofrecer por ahora —dice Ian luego de acariciar mi mejilla y volver a sentar en su taburete mirándome con amor... o eso es lo que yo imagino.

Mi cara no puede estar más caliente por el rubor y mi respiración me hace mover el pecho arriba y abajo de manera rápida, aunque gracias a la oscuridad del ambiente de seguro nadie lo nota más que yo misma.

Ay Dios... Hasta siento que todo el alcohol se ha ido de mi cuerpo de repente.

¿Ian habrá hecho esto por el efecto del tequila? ¿Lo recordará mañana?
Dios mío... yo espero recordarlo toda la vida. Ya sé, ya sé, es un simple beso en la frente y no uno en la boca como lo esperaba mi lado más alocado, pero la manera en la que me lo dio fue... simplemente hermosa y especial para mi.

Además, un beso en la frente significa protección. Y eso es lo que Ian siempre ha hecho conmigo. Protegerme en todo.
Desearía que hubiera estado aquí el año pasado cuando creí que sería mejor acabar con... bueno, conmigo misma.

—¡Vamos a bailar! —grita una de las chicas y casi todos la siguen hacia la sala. Es momento de volver a la realidad.

Sin embargo, de alguna manera, siento que es mal momento para dejarme a solas con Ian. No quiero ni abrir la boca porque sé que haré o diré algo estúpido. La adrenalina que trajo consigo el breve instante de sobriedad ya pasó y siento que el efecto del alcohol ha vuelto. Mi nariz hace cosquillas.

Ian aún está sentado con los codos apoyados sobre la mesa, y su vista está perdida en la botella que aún nos apunta a ambos.

¿Debería decir algo? ¿Debería darle las gracias? ¿Debería irme y dejarlo como si nada pasó? Dios... estúpida conciencia... ¿Dónde estás cuando te necesito?

Muy ebria como para dar consejos, querida Nina.

—Nina... —la voz de mi tío me hace salir de mi transe y lo único que atino a hacer es a sonreír como modelo de pasta dental.

—¿Si?

—¿Estás bien?

¿Lo estoy? Realmente no lo sé. Mi cabeza da vueltas con todo el alcohol y todo lo que ha pasado hoy.

—Si, estoy bien.

—¿Quieres ir a casa? —se sienta más derecho en la silla.

Dios... si, quiero ir a casa y dormir contigo... estar a tu lado en la cama toda la jodida noche.

Forbidden [Nian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora