Diez años más tarde
La flecha impacta en el corazón de ese delincuente. Al hacerlo, los gritos de mi hermana se escuchan. Busco con la mirada su cuerpo. Los gritos se alejan cada vez más. Pero, ¿qué demonios? La tienen agarrada de los brazos mientras la arrastran hacia el bosque oscuro. Joder. Tiro una flecha a uno de ellos, pero al hacerlo, los otros demonios han desaparecido. No, no, no.
A toda velocidad voy hacia el castillo. Cuando llego, me dirijo a la habitación de mis padres, donde encuentro a mamá. Ella niega con la cabeza.
— Se la han llevado. Estábamos cazando el desayuno. Lo siento. Le he dado a uno. Mamá, eran los demonios.
— Prometiste no cruzar el bosque — responde ella.
— Estábamos en nuestro lado. Ellos han cruzado — es una mentira. Ha sido Elsa quien ha incumplido las reglas. Siempre lo hace; es amiga de uno de ellos, pero nunca soy capaz de delatarla. Sé cuál es el castigo por esta traición y no quiero verla en esa situación. A ella, no.
Mamá corre al ala del castillo de guerra, donde se encuentra papá con sus soldados y sus fieles súbditos. Él se gira hacia nosotras y se acerca para limpiar los ojos llorosos de mi madre.
— Se han llevado a Elsa al bosque oscuro — su mirada se clava en mí. Trago con dificultad, pero mantengo la cabeza alta.
— Preparaos. Vamos a por la princesa — todos salen del salón. Quedamos solo los tres —. Tienes un don por algo. No puedes hacer nada bien. Eres una decepción constante; tu hermana podría morir — Intento que las lágrimas no resbalen por mi mejilla. <<Una futura reina no muestra sus debilidades en público>> —. Estoy harto.
— Padre, yo puedo ayudar. Estoy entrenada; madre lleva años preparándome para el combate.
— Os quedáis en el palacio con vuestra madre.
La rabia se apodera de mi cuerpo. Cuando llego a mis aposentos, cojo mi ropa de combate: la espada, una navaja, el collar de los dioses y el arco. Llaman a la puerta. Tiene que ser una broma. Mamá asoma la cabeza.
— Jovencita — se cruza de brazos —. ¿Dónde cree usted que va? — encojo los hombros con una pequeña sonrisa —. Padre te ha dado órdenes.
— A vosotros os dijo que no me entrenarais y lo hicisteis. Madre, os ruego que me permitáis ir a por Elsa — asiente —. ¿De veras?
— Venga — se sienta en la cama —. Os hago una trenza — empieza a peinar mi cabello para hacerlo mejor.
— ¿Cómo te llamas?
— Beira de hielo.
— ¿Y tú cómo eres? — levanto la cabeza.
— Bonita, inteligente, especial, fuerte y valiente.
— Esa es mi reina. Ahora ve a por ellos para demostrar quién manda, pero recuerda estas cinco cosas: fuerte, preciosa, inteligente, valiente y especial — la abrazo con fuerza. Sus labios tocan mi cabeza para posar un largo beso.
En el momento en que mis pies se colocan en el balcón, me dejo caer para volar hasta cruzar el límite del bosque helado. Empiezo a volar con más cuidado para que no puedan escucharme. A lo lejos veo la plaza principal. Todo es negro con cenizas. Me escondo detrás de una gran roca. Las antorchas con fuego iluminan el lugar. La gente grita.
Cuando suben a Elsa a la tarima, ella llora. No puedo negar que la rabia se transforma en miedo. No sé qué haría si mi hermana muere. Es la única que me entiende. La roca se está volviendo de hielo. Mierda. Ahora no. Cuando me pongo nerviosa o triste, aún no soy capaz de controlar mi poder.
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ENTRE EL HIELO Y LAS CENIZAS
FantasyNo tan lejos de aquí, en los bosques más oscuros nace una historia junto a la futura reina de hielo, Beira. Una joven inteligente, fuerte y preciosa, aunque también hemos de decir especial comparada con los habitantes de su pueblo porque es la única...