Lo inmoral

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Elizabeth

Veinticuatro horas sin el, la luz de la luna se refleja por la ventana, son las cuatro de la mañana, no puedo dormir, desde que me trajeron del hospital, no he salido de esta habitación que está impregnada de su olor, no puedo dejar de llorar de lamentar su perdida

Mi padre me pidió, no, me rogó que me fuera a Grecia que haga otra vida ahí, que compre una casa junto a la playa..

Un ruido me hace dar un respingón, no se que haré con ese animal, como esta cachorro se la pasa de inquieto rompiendo cada parte de la casa, mis pies descalzos tocan el piso frio

Camino hasta donde esta el origen del ruido, esta chillando viendo directamente a la puerta, cansada y con ganas de nada, lo tomo en mis brazos para llevarlo de nuevo hasta la habitación, pero antes de entrar, se vuelve a hacer presente ese mismo ruido

Lo veo sorprendida

—Si tu no eres..

Esta maldita casa esta asegurada como es posible que puede estar entrando alguien o algún animal, lo bajo y me voy acercando hasta la puerta, tomo lo primero que veo, y me toco el vientre

Por que todo me pasa mi, que estoy pagando para tener la peor de las suertes

La puerta de acero se abre y sin mirar quien entra, tiro fuertemente..

—Mierda Elizabeth—Dice con la voz ronca

No, estoy soñando

Entre abro los ojos y ya estoy llorando

Es otro puto sueño, vuelvo a cerrar los ojos para cuando los abra ya no este, pero sigue ahí, trae la misma ropa pero ahora esta llena de sangre, tiene herida de bala en el hombro

—Pense que..—Digo con un hilo de voz

—¿Estaba muerto?—Ríe irónicamente—Y dejarte sola para que cualquiera tenga una oportunidad contigo, no creo

Niega y gruñe de dolor, me siento tan enojada pero no puedo moverme, mis ojos me pican por las lagrimas que quieren salir, el se acerca como puede toma mi muñeca y la revisa, luego sus ojos marrones me ven con determinación

—No te podían decir, si no moría yo, lo harías tu—Acaricia mi rostro—Y yo sin ti no puedo vivir

Me alejo de el, fue tan injusto en exponerme a su mentira, fui la única estúpida en no saberlo, todos  lo han de saber y yo..

—No tienes por que enojarte —Me toma del brazo—Todo volverá a ser como antes

Me suelto y lo encaro furiosa

—No—Grito—Por qué tienes que hacer las cosas a tu manera sin ver las consecuencias que provocaron, yo casi me mato y..—Digo con voz entrecortada—Casi pierdo al bebe..

Su cara se desencaja me mira con con pura confusión, sin esperar a que me responda me voy a la habitación y cierro con seguro, no quiero verlo hoy, me siento traicionada y dolida

¥

Me levanto por el tacto que hacen en mi vientre, adormilada veo como una mujer de unos cuarenta años, con su cabello gris por las canas, me palmea, volteo a todos lados para ver si lo de anoche no fue un sueño por no dormir

Pero no, Damon entra sin playera, con un perfecto dorso adornado por unos tatuajes, tiene vendas en el abdomen y en el hombro, me quiero reír a verlo con una bandeja de comida, y con un ramo de peonías 

Lo deja a un lado de mi, el perfecto desayuno que me preparo hace rugir mis tripas, nunca puedo estar mas de un día molesta con el, la doctora toma mi muñeca y quita las vendas