30.- Revelaciones, parte uno

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Sus manos jugueteaban nerviosas sobre sus piernas, veía la hora en la pantalla de su celular cada que tenía oportunidad.

9:30

Y aún no había rastro alguno de quién lo había citado, anónimamente, a esa reunión. Había algo importante que el sujeto misterioso quería decirle, eso era lo que lo carcomía, ¿qué era tan importante para tener que ser tratado en persona?

La campanita de la cafetería resonó, anunciando la llegada de un nuevo cliente, esperanzado, movió su vista hacia la entrada, topandose con su abogado quien vestía de forma casual, decepcionado, volvió su vista a su celular para confirma que la hora y dirección fueran correctas.

Sí, lo eran, estaba en el lugar correcto y llevaba treinta minutos esperando.

—Disculpa la demora, me quedé dormido—se anunció, luego tomó asiento frente a Liam.

—¿Abogado Mike?—pronuncia incrédulo al ver a quien tomó asiento frente a él.

—Solo Mike, por favor, Liam, nos conocemos hace tiempo, deja las formalidades de lado—lo vio sonriente al tiempo en que llamaba a un moso para ordenar.

—Mike, que dices, nos conocemos hace apenas unos meses—declara, confundido. El moso los interrumpe para tomar su orden, tras esto se marcha.

—No, Liam, nos conocemos desde que vivías en Kōbe, soy el antiguo amigo de Noah, justo por eso te busque, debes saber muchas cosas con respecto a él.

Un suspiro abandona el sistema de Liam, algo fastidiado.

—Mike, no quiero ser descortés, pero en verdad no quiero saber nada de él, mucho tengo con que el haya ganado el juicio, no quiero enterarme de más nada—sus ojos cargados de súplica y tristeza removieron a Mike con fervor.

—Tengo imágenes y videos del como el te abusaba en su época de novios—declaró con seguridad, palideciendo a Liam, haciéndolo llorar—, no sólo eso, también tengo pruebas del como te acosaba luego de que escaparas, podemos presentar esto ante la corte para que Daiki quede bajo tu custodia.

—¿Cómo?..¿Cómo tienes todo eso?—sus hipodos le cortaban la voz.

—El documentaba todo para mostrarmelo luego, sin que él lo supiera hice una carpeta con todo lo que me mostró, está en esta USB—sacó de su bolsillo la pequeña memoria, tendiendosela a Liam.

—¿Por qué no lo mencionaste antes del juicio?—una chispa de molestia chocó en el pecho de Liam.

—Había olvidado que la tenía, la encontré hace unos días, pero estaba indeciso en si decírtelo o no—el pedido llegó, la presencia del moso aligeró el pesado ambiente—. Pero pienso que si hizo eso contigo, que eras su pareja, podría llegar aún más lejos con Daiki. Ambos sabemos que no quieres eso para tu nene.

Liam asintió, sorbiendo su taza, los recuerdos lo golpearon, causándole asco y malestar inmediatos. Había enterrado en el fondo de su ser todos los abusos de su novio hacia él, no estaba listo para enfrentarlos de nuevo y testificar en contra suyo.

Pero era eso o la integridad de Daiki viéndose amenazada.

—Tiene tiempo de eso, ¿en verdad es posible levantar cargos?

—Hay pruebas, aunque tengan tiempo es evidencia concreta del tipo de persona que es, todo va a salir bien, yo te guiaré en el proceso.

Liam veía su taza y la memoria con terror, mordió su labio, sintiéndose aterrado, odiaba sentirse así de vulnerable.

—Mike, gracias—se sinceró—, gracias por todo lo que has hecho hasta ahora, en verdad, lo aprecio enormemente.

Continuaron en la cafetería por un rato más, hablaron sobre como habían sido sus vidas en esos meses, Mike también reveló algunas extorsiones de las que Noah había sido autor, reveló datos comprometedores que los ayudarían luego, pero también hablaron cosas triviales para mantenerse amenos.

La mañana pudo continuar de ese modo, pero el tono de llamada de Liam los interrumpió a mitad del encuentro.

—¿Cariño, que pasá?—respondió con prisa al ver el nombre de su novio decorando la pantalla, su chico nunca lo llamaba cuando sabía que estaría ocupado, como ahora.

:—Sé que estás ocupado, bebé, pero es urgente que regreses a casa, en verdad te necesitamos aquí.

El llanto de Daiki en el otro lado de la línea lo puso alerta.

—¿Está todo bien?, ¿qué hace Daiki en casa?—con temor observó a Mike, se veía confundido, pero no alterado como él.

—Por favor, cariño, sólo ven, hay alguien que quiere verte, es urgente—la llamada se cortó luego de eso.

Liam bajó su celular con nervios, sus manos temblorosas recogiendo sus cosas, tomó unos yenes para ponerlos en la mesa.

—Yo..., perdona, en verdad tengo que irme—se levantó con prisa, Mike recogió los yenes del chico y llamó al moso.

—Espera, voy contigo, no trajiste auto, ¿verdad?—preguntó mientras pasaba su tarjeta por la terminal para pagar la cuenta.

—No, llegué en el metro—pronunció, con el aire faltandole por la fuerza de sus latidos.

—Vamos, te llevo—tomó del antebrazo a Liam y se apresuraron a llegar al estacionamiento.

Con prisa de adentraron en el auto y arrancaron hacia el hogar de Liam, rebasando los límites de velocidad y las señales de alto. Pagaría luego las infracciones.

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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