Vamos por otro punto más. Tienes que aspirar a más. Aún te falta mucho por vivir.
¿Les suena familiar?
Imagine mi vida totalmente diferente precisamente por eso, porque me faltaba vivir, me faltaba ver más el panorama.
Pero bueno, no le puedes pedir tanto a un niño que ha vivido siempre en el mismo lugar, viendo las mismas cosas, las mismas personas y las mismas calles.
Les voy a contar algo, no se vayan a reír. Yo imaginaba que me graduaría a los 16, entraría inmediatamente a la universidad, tendría muchos amigos graduándome a los 21 y una gran empresa se fijaría en mí para tener un súper sueldazo, pagarles todo a mis padres, tíos y primos que me apoyaron y vivir la gran vida.
¿Saben que es el vacío mas grande en ese pensamiento?
Ni siquiera sabía exactamente que estudiar, ósea, no iba para ningún lado así. Ni en que universidad, ni en que campo.
NO SABIA NADA EN ESE ENTONCES.
Y justo aquí llegamos al titulo de este capitulo, el estanque.
Acabaste de graduarte y sorpresa, sorpresa. Nada es lo que parece.
La universidades tenían fechas de admisiones y han pasado. Tienes el cartón en la mano y aunque lo presentes no es suficiente.
Si no puedo entrar a la Universidad, ¿Qué hago?
Te pones a pensar y ese plan que tenías quedo obsoleto, debes cambiar. En tu casa te preguntas que vas a hacer, están todos preocupados y tu nada que empiezas a hacer algo.
Te has estancado, y no porque tu quieres, no fue tu culpa. Sin embargo, piensas tu siguiente movimiento, cuando piensas vienes los pensamientos intrusivos.
Comienzas a compararte con los demás miembros de tu familia y habrá alguno al que no quieras parecerte ni por asomo. Te niegas rotundamente a ser como él, y, ¿Qué te parece? Estas igual de estancado que él.