Arañazos

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Estaba en su casita de madera, palos y plástico. Todo iba como de costumbre, dentro de su marco de normalidad.

Llegó a su casa, colgó las llaves en el porta llaves de recuerdo de algún viaje de vacaciones. Retiro su bolso de su espalda, sacó sus cuadernos y se sentó en el suelo a resolver su tarea de español.

Escuchó voces y toques en su puerta, felizmente se dirigió a la chapa. "Por fin llegaron" pensó.

Abrió sin mirar quién estaba afuera con una sonrisa, grande fue su sorpresa al recibir 3 zarpazos en sus brazos.

Pasó tan lento, abrir los ojos, respiración sin ritmo fijo, un nudo en la garganta y dos manos agarrando fuertemente sus hombros.

Acababa de perder el control de su cuerpo y todavía no volvía, no hubo dolor pero tampoco dudas.

"Esto es un sueño", "Las pesadillas también son sueños"

Su pecho se comprimió, brotó un deje de desesperación, "Estoy sangrando de rodillas, con lágrimas en mis ojos y no estoy respirando" pasó por su mente mientras la figura empujaba más la puerta para entrar a la morada.

Escuchar el chirrido de las bisagras fue el detonante de su reacción, inclinó su cuerpo hacia atrás y pateo fuertemente la puerta, machucándole los dedos a ese intruso.

Exhalo por su boca, pudo regresar, "Por poco" susurró.

Ya estaba en su habitación con su cara mojada y un ardor constante de cintura para arriba.

Retiró la sabana para revisarse a sí misma. Observó con pánico como no solo sus brazos, sino su pecho y espalda estaban marcados de arañazos.

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