Ella es como una estrella.
La primera que me cautiva a este nivel de ensueño.
No se da cuenta que debo esforzarme por no delatarme por culpa de un suspiro.
Ella vive con renta libre en mi mente, en mis sueños.
Cuando la siento cerca paso saliva forzadamente sin darme cuenta.
En ninguno de mis libros encuentro la respuesta.
Para que ella sea mía sin que se de cuenta.
La he amado sin decírselo desde los 12.
Siempre sentándome a tres filas de distancia.
Y no espero nunca poderla alcanzar.