Un Viaje Hacia El Amor

18

—Muy bien... ¿Quien tiene hambre?

Nadie dijo nada y todos nos fuimos para el comedor, nadie decía nada, era un completo silencio, excepto por el sonido de los cubiertos cochando con los platos.

—Y... ¿Como te fue en el trabajó hijo?— dijo Ylibert rompiendo la tensión y el silencio que había.

—Todo bien, nada nuevo hoy la verdad.

Y otra vez, silencio, y ya me estaba comenzando a incomodar el silencio y la tensión que había nuevamente por lo sucedido.

—Bueno— dije rompiendo nuevamente el silencio levantándome de mi silla —. Yo... iré a mi habitación.

—Esta bien querida.

Y me fui dejándolos a los 4 solos.

****

—¿Se puede saber que hiciste David?— le pregunto Ylibert enojada.

—Que no la he besado mamá.

—¿Y porque Anderson dise lo contrario?

—Pero si el apenas estaba llegando a la casa, — señaló a su hermano con una mano — además Rosa también dijo que no la bese.

—Claro— dijo Anderson rodando los ojos.

—Ay cállate, que tú no viste nada.

—¡David!

—Lo lamento mamá, pero es que el siempre cree que tiene la razón de todo cuando no es así— dijo levantándose de su silla —me iré a mi cuarto.

Nadie le dijo nada y Ángel se dirigió a su habitación en silencio.

*****

Llegue a mi habitación abriendo la puerta y la seré tras de mi empujándola con la espalda.

—¡Porque me pasa esto!

Dije enojada y con la cabeza revuelta. Hace pocos días llegué a este lugar y ya me andaban pasando estas cosas.

Me dirigí a la cama y tomé una cobija que tenía serca, envolviéndome completamente con ella de pies a cabeza.

—Rosa— dijo Ángel tras la puerta.

—¿Que?— le pregunte enojada.

—¿Puedo pasar?

—No.

—Solo quiero hablar contigo.

—Ya lo estás asiendo.

—Pero de frente, no tras una puerta.

Pensé un momento en si dejarlo pasar o no, y luego de unos minutos lo dejé.

—Pasa... — dije perezosamente.

Ángel entró a la habitación y escuché cómo la cerró, para luego sentarse a un lado de la cama.

—Yo... lamento lo de hace rato.

—Umm...

—Oye, sal de ahí adentro.

—No lo haré.

—Rosa— no dije nada, y al ver que no le respondía dijo —. ¿Niña?

Eso me hizo enojar bastante, ya que estaba cansada de reprocharle bastantes veces que no me dijera de esa manera