Stella tenía razón en algo, y era en que por tan desgraciada que pareciera la situación, no lograban encontrar una salida, árboles por todos lados, y fuera del alcance de estos mismo, solo agua salada, quien sabe a cuantos miles y miles de distancia de alguna posible ciudad o isla cercana.Cajas misteriosas siempre llegaban durante la noche o antes del amanecer, dejando comida y agua, los que los pusieron hay, no dejarían qué murieran de hambre, ellos los querían verlos morir pero, que el asesinato fuera entre ellos mismos, era más... divertido tal vez.
Un logo siempre acompañaba cada caja, era como el símbolo de la mafia que los había llevado hay. A un costado de la caja, venía una pequeña etiqueta con el nombre a quien iba dirigida.
Algo tenían en común y era que todas eran de color negro, con pequeñas manchas rojas que la acompañaban. daba la impresión de que podrían ser manchas de sangre... pues como se veía la situación, no sería demasiado raro.
Stella y Raquel se detienen en un pequeño lago para poder tomar un baño y sacar la sangre que ya esta seca en su piel. Será difícil de quitar pero tienen que intentarlo.
—Segura que no hay nadie — pregunta Raquel mirando su alrededor con sierto miedo.
—Sí, si alguien estuviera por aquí, ya lo hubiéramos escuchado, no crees? — le responde Stella calmada, mientras introduce su mano en el agua fría del lago.
Raquel camina con torpeza por las piedras, por lo que pierde el equilibrio y estuvo a sentimetros de caer de cara.
Tomo su mano antes de que eso pase, y la acerco a mi para evitar que se vuelva a caer, ella por el miedo que tenia de caer, tenía los ojos fuertemente cerrados.
—No te caíste — digo sosteniendola por la cintura.
—A si, eso ya lo sabía — intenta hacerce la valiente y se aleja de mi, mirando a otra parte.
No la conosco bien pero, estoy segura que la razón es porque, probablemente sus mejillas estén coloradas.
Suelto una risa y ella voltea casi de inmediato, y tal como pensé, estaba roja, casi como un tomate.
—No te rías -— dice dándome un golpe suave.
—Okey, okey — digo recuperándome.
Ella se da la vuelta otra vez, asiendo su pequeño drama de enojada. Vuelvo a tomar mi posición y la abrazo por detrás, ella reacciona y se da la vuelta.
—¿Qué creés que hacés? —pregunta confundida, aún rodeada por mis brazos.
—Mmm, esto — digo y la tomo de las piernas, cargandola como si fuera una bebé, y dirigiendola al agua.
Ella al inicio solo se ríe de mi acción, pero luego reacciona a lo que en realidad hacer y empieza a tambalearse para bajarse.
Mantener el equilibrio es más difícil, si ella se mueve tanto, por lo que, al estar a una distancia prudente del agua, donde se que si la tiro no se puede golpear.
—Ni se te ocurra Stella — advierte ella.
Sonrió divertida ante su intento de querer convencerme de no tirarla.
Y así, Stella tira a Raquel al agua fría del lago, por suerte Raquel sabe nadar, cuando vuelve a salir moviendo sus brazos y piernas para mantenerse a flote, le muestra el dedo medio a Stella, quien solo sonríe y me saca la lengua.
Raquel nada hasta la orilla y le pide ayuda a Stella para salir, ella le extiende la mano para ayudarla pero, es traicionada.
Raquel toma su mano y la jala directo hacia el agua, tirandola al agua también.
—¿Por que lo hiciste? — pregunta Stella, pasándose la mano quitando algunos mechones que le quedaron el rostro.
Raquel se encoge de hombros y con una sonrisa triunfante dice :
—Por simple venganza.
Ambas ríen, por lo ocurrido, quien pensaría que dos jóvenes, que recién acaban de asesinar a otros de casi la misma edad, pudieran estar riendo y estar tranquilas.
Ellas no estaban, ni tranquilas, ni siquiera podían pensar en lo que había hecho. Simplemente pusieron sus mentes en blanco por un momento.
Quisieron pensar que eran dos simples amigas, en una excursión de la universidad. Querían tener esa pequeña fantasía, en donde por un momento, dejaban de lado sus instintos de supervivencia, y dejar de pensar que no saldrían.
—Stella — dice Raquel en tono serio.
—Si? — responde Stella confundida.
—No tenemos salida, cierto.
—No puedo mentir — suspira Stella —. No, no tenemos salida, y la única es ganar este estúpido juego — frustrada le pego fuertemente a las piedras con el puño cerrado, asiendose daño en el intento —
—Mierda Stella, que tienes? — Raquel se pone alerta al ver que le está sangrando la mano a Stella.
—No es nada solo un razguño.
—Un razguño?, te sangrando demasiado y dises qué es solo un razguño.
Raquel se la paso toda la tarde regañando a Stella, repitiendole más de una ves que fuera más precautiva, pero como es bastante obvio, Stella le decía que si, aunque en realidad sabía que era mentira.
Siguieron su camino revisando las diferentes partes de la isla, y contando cuantas cámaras ocultas habían, por lo menos deberían haber mil como mínimo. Pero nunca se puede estar seguro.
La noche se hizo precente y las dos amigas se quedaron dormidas arriba de un árbol en una gran rama, para evitar ser devoradas por algún animal salvaje y evitar ser vistas desde abajo por algun otro jugador.
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Un Juego Un Ganador
Mystery / ThrillerDetrás de cada juego y apuesta, hay un precio que se debe pagar y no cualquier precio, en este juego, apuestas tu propia vida o la de alguien más, pero ese siempre será el precio, una vida a cambio de un deseo que crece dentro de nosotros. ¿Quieres...