Es la mañana siguiente y despierto con un pitido que retumba en mis oídos, al abrir los ojos me encuentro una caja, y no cualquier caja, esta tiene una etiqueta con mi nombre escrito en ella.
¿Qué rayos es esto?, pienso al instante.
Pero no le tomo mucha importancia y me apresuró a abrirla.
En su interior hay otra carta con el mismo sobre de antes, una botella de agua, una soga y… una espada y una daga.
Para que se supone que voy a usar esto, y porque me lo entregan, a menos de que fuera a asesinar a alguien necesitaría esto.
Todas las preguntas desaparecen cuando escucho una rama crujir detrás mio, me pongo alerta y miro de reojo al que se acerca. En un movimiento rápido me levanto y tiro una patada directa a quien sea que venga detrás de los árboles.
—¡Auch!… eso duele tarada —dice una chica, mientras se retuerse de dolor, mi patada le dio directo en el abdomen.
—¿Quien rayos eres? —pregunto tomándola del pelo.
—Tranquila, yo también aparecí aquí —responde ella sintiendo el dolor en su cuero cabelludo.
Y es entonces que la suelto, ella cae y se levanta arreglándose el pelo una coleta algo mal interpretada. No le digo nada, aun sigo sin creer que haya más gente en este lugar, tengo muchas preguntas, me jure a mi misma que si encuentro al responsable lo voy asesinar a como de lugar.
—¿Como te llamas? —dice ella para romper el silencio.
—Stella y tu?.
—Mucho gusto Stella, yo soy Raquel —me extiende la mano y la tomo.
—¿Cuando llegaste? —pregunto mientras caminamos a una dirección para ver que más hay en este lugar, o al menos saber en donde estamos.
—A mi me trasladaron esta mañana —responde ella —. Era de madrugada cuando desperté y pues estaba en ese ataúd, y me sentí como si…. —no alcanza a terminar la frase por que la interrumpo.
—¿Como si te hubiera enterrado viva?, si tambien lo sentí así.
—¿Y que se supone que vamos a hacer aquí?, ¿y que eso de un juego?.
—Créeme yo también tengo las mismas preguntas — digo quitando algunas ramas del frente —. ¿Qué armas te tocaron a ti?.
—Pues, este mapa y un frasco vacío, aunque no entiendo para que.
Me detengo en seco, al ver lo enorme que es el lugar en donde estamos, nisiquiera pidiendo ayuda nos encontrarian.
—Es… una isla —digo más para mi misma, mirando el enorme mar salado que hay enfrente.
—Estas bromeando como va a ser una… —me mueve a un lado y cuando ve lo mismo que yo, queda sin palabras —, isla.
Pierdo el equilibrio de mi cuerpo, y caigo de al suelo, es mucho para asimilar, ¿porque alguien nos traería aquí?, ¿y para qué?, nuevamente las preguntas vuelven a mi cabeza, la respiración se me dificulta, pero Raquel, me ayuda a tranquilazarme.
—Ya okey?, es mucho para asimilar sí lo sé, yo también estoy igual pero debemos seguir adelante — dice ella mirando a diferentes lados del enorme bosque.
Dejo de respirar para así poder escuchar mejor los sonido, el retumbar de mi corazón esta en mis oídos, pero no dejo que eso me afecte, un sonido agudo pero fuerte se escucha de entre los árboles. Me pongo alerta, y le indico a Raquel por medio de señas, lo que creo que se aproxima, ella capta la señal y también se pone alerta, como no tiene armas le entrego la daga, para que se pueda defender en caso de emergencia, ella la toma y en sus manos se puede notar que nunca a poseído un arma, y no cualquier arma, una que esta diseñada para asesinar a todo lo que se mueva y respire.
Esperamos atentamente y silenciosas, a esperar lo que sea que valla a salir de entre aquellos arbustos y árboles.
De pronto dos chicos salen de hay mismo, al no verlos bien, les lanzó la espada en su dirección, el primero la esquiva, pero el segundo no tuvo la misma suerte, a ese si le clave la espada directo al estómago, causando una hemorragia casi inmediata.
El tipo del frente no perdió el tiempo en reaccionar y tiro una flecha a mi dirección, la esquive rápidamente, pero le dio en el hombro a Raquel, por suerte no fue tan profundo pero igual, le dolió mucho, pero no tanto como al que yo le di.
Antes de que el tipo volviera a reaccionar, le quite la daga de las manos a Raquel y se la tire justo en dirección de la garganta.
“Bingo”, pensé al instante en que la daga quedo trabada en su garganta y la sangre se escurria por todo su cuello, bañando una parte de su parte superior del cuerpo.
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Un Juego Un Ganador
Mistero / ThrillerDetrás de cada juego y apuesta, hay un precio que se debe pagar y no cualquier precio, en este juego, apuestas tu propia vida o la de alguien más, pero ese siempre será el precio, una vida a cambio de un deseo que crece dentro de nosotros. ¿Quieres...