Ars Scelestos

16 0 0
                                    

Alfredo no contestaba las llamadas desde algunos días atrás, por lo que Alister decidió que tenía que conseguir otra fuente de contacto para conectar marihuana. Se atrevió a caminar fuera de las vecindades cercanas a la calle de la Libertad, acercarse a los baños de vapor en la colonia Morelos era su mejor excusa para pasar por allí. Dentro de una de las vecindades en la que fue algo sencillo preguntar por un cincuenta, Alister conoció a alguien que se hacía llamar Jarek, era el nombre de contacto que utilizó cuando comenzó a visitar ese punto con regularidad. Jarek no habló mucho, llegó a mencionar que vendía drogas para viajar al extranjero.

Una mañana que Alister se acercó temprano para conectar, la vecindad tenía las puertas cerradas. Un adolescente alto con semblante aburrido que estaba parado cerca de la entrada no dejaba de mirarlo, su camisa oscura tenía un estampado en letras blancas donde se leía el nombre de Dante. Alister pensó que Jarek estaría ahí, no estaba seguro de qué hacer, tembló un poco mientras se acercaba e intentó hablar, imagino que parecía obvio que quería comprar alguna droga.

La voz de Jarek detrás de él interrumpió el momento de tensión, Alister volteó cuando lo escuchó saludar, estaba parado sobre un vehículo lleno de cajas, acomodando algunas de ellas. Jarek indicó a Dante que se acercara para recoger unas bolsas. Alister sólo lo había visto trabajando como vendedor, verlo transportando mercancía le pareció algo inusual, sonrió a Dante mientras cruzó su camino yendo hacia la camioneta. Dante no tuvo ninguna reacción, por lo que Alister sospechó que Jarek le había contado sobre él.

Jarek comenzó a mirar alrededor, de pie sobre la camioneta, se estiró y exhaló con un grito, como aliviado de darse cuenta que sólo estaban ellos tres. Hizo un comentario sobre una discusión que tuvo con su novia, dijo que sólo se la pasaba chingando y que necesitaba desestresarse con una buena cogida. Dante rió del comentario con ironía y miró a Alister, parecía que estaba tratando de incluirlo en la conversación. Jarek no tardó en reconocer que Alister era gay luego de mirarlo nuevamente con un poco de atención.

Dante recogió las cajas y bolsas que Jarek le indicó meter a la vecindad, luego se apresuró para atender a un hombre que se había acercado y a quien entregó un paquete pequeño enrollado con billetes y una liga. Alister sabía que esas transacciones eran habituales en la vecindad, miraba sin hacer ningún comentario, esperaba el momento para ser atendido. Jarek pudo darse cuenta que Alister era complaciente y estaba dispuesto a esperar un poco más, por lo que le indicó que entrara a la vecindad y tomara asiento si lo deseaba.

Un par de minutos después, Jarek entró a la vecindad, hablando por teléfono, y se sentó en uno de los sillones que circundaban el patio, se veía molesto. Alister supo que su novia lo había cortado por no haber dormido en casa.

- Como sea. Puedo cogerme a quien yo quiera. No importa - dijo riéndose para sus adentros tras colgar la llamada. Cruzó los brazos sobre su pecho y suspiró. - Lo que me caga es que tengo un chingo de ganas de una mamada.

- ¿Puedo ayudarte? - dijo Alister.

Alister no se dio cuenta sino hasta que ya lo había dicho que sonaba como si estuviera ofreciendo darle una mamada. Luego se convenció de que estaba totalmente dispuesto a hacerlo si eso le ayudaba a fumar pronto un poco de mota, necesitaba relajarse.

- Sabes que tengo muchas viejas para que me mamen la verga pero la neta es que traigo ganas y sí te la ando dando ahorita.

- ¿No mames que sí te comes la verga de este wey? - Dante preguntó con sorpresa, estaba acomodando una caja detrás del sillón en el que Alister se había sentado, al parecer conocía los hábitos de Jarek.

Alister se sonrojó cuando se supo expuesto, tomó tres segundos para responder, asintió solamente. Jarek miró a su alrededor preguntándose si era mejor hacerlo en algún lugar privado, miró a Dante esperando una respuesta o un acto concreto de su parte. Alister trabajaba contra sus nervios mientras esperaba indicaciones.

Nox DeliriumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora