Single Father + Reg

El Cumpleaños de Harry

-ˋˏ ༻✧༺ ˎˊ-Parte 1  -ˋˏ ༻✧༺ ˎˊ-

—Nuestra conexión fue muy fuerte.

Tiempo. Los días pasan en un abrir y cerrar de ojos. El verano se llena de luz, color y sonrisas secretas en recuerdos adornados por un hombre con constelaciones en la piel y conversaciones sarcásticas en la madrugada.

La última semana de julio, se siente como un momento fuera de eso: el tiempo.

Harry está creciendo, demasiado rápido para el gusto y estabilidad de James.

Por mucho que desee que él sea su pequeño hijo para siempre, sabe que es imposible. Y entre más crece Harry, más piensa en las cosas ocurriendo en su vida.

O al menos, algunas de ellas.

—Papá, ¿puedo no tener un cumpleaños este año?

La voz suave e insegura de Harry es lo único llenando la cocina. No hay chistes malos en un video repetido o pelirrojos asaltando su despensa. Solo son ellos dos.

Una alerta se enciende en su cabeza, similar al ruido furioso de una alarma contra incendios, advirtiéndole que algo andaba mal. James deja de mover la espátula sobre la sartén, apaga la estufa y se gira hacia Harry, sentado en su silla alta, inusualmente quieto y silencioso, mirando sus manos tirando de un hilo suelto en su pantalón corto.

—¿Por qué no quieres tener un cumpleaños? —pregunta James, gentilmente.

Su hijo se alza de hombros, demasiado desanimado y rígido para ser solo un niño pequeño. Luce tan pequeño, tan frágil.

—Harry, usa tus palabras, por favor —insiste James, suave y paciente, acercándose con pasos lentos, cuidadosos, hasta detenerse frente a él—. No puedo ayudarte si no me dices que sucede.

Silencio.

James aparta un rizo que cae sobre la frente de Harry con suma ternura, atento a cada reacción, cada sonido y señal. Entonces, escucha ese pequeño ruido, el comienzo de un sollozo, y su corazón da un vuelco desagradable, estrujándose dolorosamente en su pecho.

—¿Haz?

La primera lágrima cae.

—Porque no es justo para mamá —hipa Harry, quitándose las gafas y tallándose sus ojos con el dorso de la mano, evitando la mirada de James.

A veces, las cosas son muy complicadas de entender.

Incluso para los adultos.

James se queda en silencio, pensando en alguna respuesta, alguna forma de reparar eso, pero no puede. La impotencia por no saber qué hacer o decir, es abrumadora, silenciada en estática sorda cuando levanta a Harry entre sus brazos, manteniéndolo cerca. A salvo del resto del mundo y las pequeñas cosas que no puede ver y aun así consiguen lastimarlo.

—¿Por qué crees que no sería justo para ella, Haz?

Harry solloza un poco más, ocultando su rostro en la curvatura de su hombro.

—Porque ella no está aquí. Y Tom dijo que en mi cumpleaños celebraría su muerte —responde Harry, entre lágrimas y mocos—, entonces ella se sentiría triste y molesta conmigo. Mami me odiaría.

Oh.

James se deja caer en la silla en el extremo del comedor, meciendo a Harry entre sus brazos. Besando su cabello, murmurando palabras de consuelo contra los bucles oscuros y frotando círculos en su espalda, como a un bebé, esperando que los sollozos disminuyeran.