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Anna

La verdad que estar al servicio es mucho mejor que estar en los calabozos, al menos para estar el servicio tengo que estar limpia.  Me siento realmente cansada de todo el trabajo que me tomo ordenar el desastre que yo misma hice, no creo estar segura tampoco de haber dejado todo como estaba antes de que lo revolviera y el haber tenido que llenar la estúpida tina para el estúpido idiota Blackwood me ha dejado los brazos cansados, no sabía que llevaba tanto esfuerzo preparar un baño. Estoy vaciando la última jarra de agua tibia en la tina cuando él entra, se queda de pie en la puerta del baño mirándome por unos segundos antes de caminar hasta detenerse justo frente a mi, usa sus manos para mover mi cabellos sin tocarme y acomodarlo detrás de mis hombros.

— Luces cansada - comenta mirando mi rostro, puedo sentir las gotas de sudor en recorrerlo a decir verdad - ¿lo estás? - pregunta deteniendo sus ojos en los míos.

— ¿Haría diferencia? - preguntó con amargura y su comisura se levanta levemente.

— No - responde con ligera burla.

— Que importancia tiene entonces - digo con desdén y él parece divertirse, debería clavarle un puñal en la garganta en la primera oportunidad que tenga, se lo merece por idiota.

— Estoy esperando Anne - me dice y lo cierto es que no tengo idea de qué carajos espera. Levanto una ceja en su dirección y él baja su rostro a la altura del mío para susurrar - tienes que desvestirme.

Puedo sentir mi mejillas calentarse ¿desvestirlo? El pretende que lo bañe. Con lentitud acerco mis manos a los cordones de su camisa, tengo un temblor en ellas incapaz de controlar, desató y aflojó con cuidado para luego sacársela por encima de la cabeza, lo cual considerando la diferencia de altura es bastante complicado para mí. Mis ojos recorren sus brazos, hombros y torso, para ser delgado está muy bien... tallado. Sus músculos son notables y luce bastante fuerte y resistente; desvió mi atención al suelo antes de que sea evidente que me he quedado mirando más de lo debido. Me agacho para quitarle las botas y seguidamente la vergüenza me inunda cuando me doy cuenta de lo que viene, los pantalones, por todos los dioses no puede ser que el primer hombre que vea desnudo en mi vida sea en estas condiciones, claro que las condiciones del hombre que me ha tocado ver supongo que son bastante buenas... el temblor en mis manos aumenta cuando las acerco a la pretina del pantalón, noto su cuerpo agitarse en una risa silenciosa, se está divirtiendo a mi costa. Desajusto con torpeza el pantalón e inmediatamente se desliza por sus piernas, sus notablemente fuertes piernas; retrocedo con la mirada baja y me niego a ver su intimidad. Él elimina la distancia que cree entre los dos y con dos dedos en mi quijada eleva mi rostro hasta que nuestros ojos se encuentran.

— ¿Primera vez viendo la desnudez de un hombre? - indaga con evidente diversión.

— Eso no le interesa - respondo y siento su mano extendida en mi torso sobre el corset de tela que me han dado.

— ¿No debería esto ajustarse a tu cuerpo? - pregunta y un temor recorre mi espina cuando sus manos lo desatan y con rapidez saca todo el cordón dejando que el corset se abra y caiga al suelo, vaya experiencia para conseguirlo tan rápido.

Siento la tela de la falda deslizarse un poco hacia mi cadera porque me queda, al igual que el resto de las prendas, demasiado ancha.

— Puedo ver tu miedo - susurra mientras su mano se escabulle entre el borde de la falda y la blusa, siento su callosa palma tocar mi piel y antes de que pueda reaccionar ya le he dado una tan sonora como fuerte bofetada que hace su rostro girarse.

Entre Cuervos (+21) - Benjicot Blackwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora