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Anne

No se si fue por el hecho que me marché voluntariamente o porque estaba más que claro que la victoria sería segura y aburrida para los Blackwood, pero no hubo necesidad de derramar sangre; al menos no más sangre de la que Benjicot derramó. Tras atender a Robb y disculparme una y mil veces por lo que estaba haciendo le di un fuerte abrazo, bajo la mirada molesta de Benjicot por su puesto quien creo quería cortarle la otra mano pero se logró contener, debería sentirme mal por todo esto pero lo cierto es que me emociona la idea de volver a Árbol de los Cuervos, aunque no se si tanto como para casarme con Benjicot, sin embargo no puedo pasarme la vida como una amante ¿o si? Creo que muchas mujeres han pasado su vida así sin problemas... que pasará cuando tenga una esposa que no sea yo, si al final decido no serlo ¿seré desechada? No lo haría... bueno, claro que lo haría es un cuervo idiota.

— Estás muy callada - susurra su voy a mi oído, aún no hemos llegado, voy compartiendo caballo con él porque no me ha dejado otra opción. Suelta la rienda con una de sus manos y rodea mi cintura, aprieta con fuerza mi cuerpo - tu silencio es más inquietante que tus insolencias.

— Solo estoy pensativa - respondo y dejo caer mi cuerpo hacia atrás permitiéndome recostar mi espalda y cabeza de su pecho.

— ¿Son seres pensantes los Bracken? - dice con burla - eso sí que me sorprende - lo golpeó en el abdomen con mi codo y se queja de dolor, frunzo el ceño pensando en que es un dramático antes de recordar que aún debe estar muy herido.

— Yo... - quiero disculparme pero el orgullo me detiene. Su pecho se agita divertido.

— Lo sientes mi cierva - murmura divertido y ruedo los ojos. Siento que su mano abandona mi cintura y se remueve detrás de mi, luego la dirección del caballo cambió, sale del sendero y se mete entre los árboles. Mis cejas se arrugan mientras trato de descifrar a dónde vamos y el por qué nadie viene con nosotros.

Pasado un rato detiene el caballo y baja en un movimiento rápido antes de atarlo a una rama, sus manos me mueven con facilidad mientras me baja del caballo y yo miro alrededor, estamos en medio del bosque. Mi sentido de la orientación falla maravillosamente cuando trato de descubrir hacia donde deberíamos ir para volver, él parece notarlo y se mueve acercándose a mi, una de sus manos acaricia mi abdomen desde un lado al otro mientras su cuerpo se detiene detrás de mí, su manos se aferra a mi cintura y con la mano libre toma una de las mías y apunta a una dirección.

— Árbol de los Cuervos - susurra en mi oído y piel se eriza - siempre derecho hacia allá, cierva - su mano se desliza por mi brazo hasta alcanzar mi hombro y luego desviarse a mi cuello, cierra sus dedos alrededor - ¿eres consciente de que puedo matarte si lo deseo? Con mucha facilidad.

— Lo sé - respondo con sinceridad porque es cierto, aunque luche y me resista para el sería fácil acabar conmigo.

— Aún así pareces tranquila - sisea en mi oído. Lo cierto es que lo estoy porque se que él no me mataría, al menos no aún, no ahora. Sus dedos se aprietan a la vez que sus dientes se cierran en mi lóbulo - esto - la mano en mi cintura se mueve acariciando mi torso y fijándose en mi pecho - te queda bastante bien.

— Me halaga, mi Lord Idiota - murmuró con fingido respeto.

— Dilo de nuevo mi Lord - pide mientras presiona su cuerpo contra el mío, puedo notarlo semiduro contra mi, su mano abandona mi cuello y se desliza en compañía de la otra a mi espalda, desajusta mi vestido manteniéndose tan pegado a mi que no comprendo como lo consigue.

Entre Cuervos (+21) - Benjicot Blackwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora