SER ADULTA

CAPITULO 8

La situación era la siguiente:

Una casa , nuestra casa,   dos pisos:

Arriba, la zona de hogar , donde se encontraban: mis sobrinos, sobrinas , hijos, Africa, mis cuñadas y mis amigos . Carmen y Noelia , quizás estuvieran allí o quizás en alguna zona de la urbanización discutiendo.

Abajo, un sótano con una mesa de ping-pong y una bodega que habitualmente estaba vacía.   Aquí, nos encontrábamos el resto

Yo, frente al batido del fracasado : batido que constaba de todo resto de comida , bebida, y 4 escupitajos- uno por cada hermano - . El batido en cuestión llevaba : anchoas, trozos de carne cruda, huevo, mostaza, una cebolla entera, varios dientes de ajo, refrescos, zumos, bebida alcohólicas mucho vinagre y por supuesto, el ingrediente estrella : mucha saliva.

Este tipo de batido era la penitencia del perdedor de los juegos y apuestas de niños. En la infancia no fueron pocas las veces que los tres me hacían el vacío por negarme a beberlo cuando me tocaba. Vacío que duraba hasta que mis padres les obligaba a incluirme de nuevo en los juegos .

A mi derecha , ¡ sorpresa !, María, y para más sorpresa, fue la que aceptó ser mi compañera de ping pong cuando Ana se negó a participar en estas dinámicas destructivas familiares.

 Mi inesperada compañera de juegos, creo que hasta sentía lastima,  sin quitar esa boba cara de aburrimiento me repetía cual ventrílocuo ''coge el vaso, bébetelo y sonrie ''

Ana, apoyada en una columna de aquella pseudo sala de juegos que nunca llegamos a tener el interés total de completarlo, aparentaba estar en otro mundo lejos de aqui, pero nada más lejos de la realidad. Frente a mi silencio ante la invitación de mi abuela a que Irene, Manu y Sofia se unieran a nuestros juegos, estuvo ella, declinando aquella trampa que mi abuela pretendia poner a mis hijos.

Si yo inconscientemente no dejaba solos mucho rato a mis hijos con sus amigas e incluso padres, Ana era más posesiva frente a mi círculo familiar, al punto, que siempre que era físicamente posible, imponía su presencia aun cuando recibía invitaciones poco sutiles a irse. No obstante, a pesar de su fortaleza, nuestra dinámica le desgastaba. Ese era el problema de la toxicidad, que solo es comprendida por quienes forman parte de ella .

A mi izquierda , Felipe, Alfonso y Pelayo , mis tres hermanos mayores.

Mis hermanos y su mirada , muy conocida a lo largo de sus vidas , de deseo de pegar a mi padre . Deseo que todos ahí presentes, o al menos los familiares directos, sabíamos que no ocurriría nunca., de hecho, mis padres solo necesitaban una mirada específica para hacernos literalmente bajar la cabeza y si se lo proponen hacernos soltar alguna lagrima de rabia.

Abuela: lo que está claro es que quien pierde recibe un castigo

Ana: ¿Qué edad tenéis ? . Vuestros hijos, mujeres, amigos, están arriba, y vosotros, preferís actuar como idiotas.¿ Adri, no te apetece subir , estar con tu familia, con tus amigos , conmigo ? ,

Pelayo: Ana , no te metas, esto es cosa nuestra. de nuestra familia

Mamá: los hijos querida, por mucha edad que tengan, seguirán siendo críos cuando se junten. Dejémosles que arreglen sus cosas y vayamos, nosotras, arriba con el resto. Aprenderás rápido que las cosas que ocurren entre hermanos es mejor dejar que entre hermanos se arreglen. Subamos, subamos.

Sinceramente prefería que Ana subiera y no me viera en mi yo ''hija/hermana''

Felipe: ¡ que te lo bebas , Adriana ! Fue idea tuya, como siempre ,y luego en busca de papá o del abuelo para que te salve Sé justa y bébelo como habríamos hecho cualquiera de nosotros.