✩♬ ₊˚.Incorrect Quates⋆☾⋆⁺₊✧ | Douakaza

«07»

Entristecida estaba aquélla princesa, al saber que la iban emparejar con aquel hombre guapo que no era de su gusto, no entendía porque le pasaba eso.

Luego de varias lágrimas derramadas se quedó en su terraza, mirando la nada, con ojos hinchados, con sus uñas rotas de tantas mordidas y una toallita llena de mocos, eww...

No fue hasta que tocaron su puerta, fue cuando por fin aterrizó al planeta tierra, pues estaba perdida en sus pensamientos. Caminó lentamente como también vagamente hasta ella, y con preocupación e temblor abrió la puerta con cuidado... Se encontró con una agradable sorpresa.

— Princesa...— Dijo un rubio alto que llevaba una armadura de guardia, pues era el tan famoso guardia, aquel por el que el corazón de la princesa se derrite.

La mencionada observo atentamente, de arriba para abajo al guardia, ella estaba impresionada e emocionada a la vez. La tristeza la ahogó por tanto tiempo que solamente con un abrazo de alguien a quien ella amaba, era suficiente como para calmarse.

La pelirosa se abalanzó en un movimiento brusco para abrazar al guardia, el mencionado casi cae si no fuera porque se sostuvo al marco de la puerta. La más baja empezó a llorar nuevamente haciendo que el contrario le correspondiera aquel brusco abrazo.

— ¿Por qué lloras?— Preguntó el guardia con preocupación.

— E-es que...— Sollozó.— Mis p-padres... Quieren que esté con alguien...— Sollozó nuevamente. — A quien no amo...— Contestó con la voz quebrada mientras se limpiaba las lágrimas con sus manos.

— No te preocupes, no estás sola.— Dijo el contrario mientras entraba con dificultad a la habitación de la más baja ya que tenía a esta sobre él.

Cerró la puerta levemente y apagó la luz haciendo que la única luz que entrara a la habitación sea la luz de la luna.

Ambos se acomodaron en la terraza, sintiendo como el aire nocturno les brindaba frío y calidez a la vez, la luna iluminaba cada parte de la terraza, los grillos sonaban y los búhos cantaban.

La princesa había parado de llorar pero aún se escuchaban sus sollozos y sus manos limpiaban la lagrimas que habían caído anteriormente. El guardia tomo un pañuelo que tenía en su bolsillo (No me pregunten por qué) y empezó a secar las lágrimas de el rostro de Akaza.

Este levantó su cabeza para tener mejor visualización del rostro concentrado del guardia hasta que ambos hicieron contacto visual...

Se sentía el amor en el aire, sus ojos viéndose fijamente como si nunca se hubieran visto antes. Los ojos de la pelirosa brillando por la luz de la luna que se reflejaba en ellos, sus mejillas llenas de lágrimas secas, comenzaron a ruborizarse en un leve tono rosado. Los ojos del rubio mirando fijamente a los ojos contrarios, como si de una batalla de miradas se tratase y al igual que la princesa sus mejillas tomaron un leve tono rosado poco notable. Las mariposas en los estómagos de ambos volaban como nunca, la calidez que se proporcionaban ambos era muy grande, Era amor a primera vista.