Cuando Juliette fue recibida en la casa
Se dieron cuenta de que era demonio, ya que no es
Normal que los niños tengan pezuñas, cola de cabra y alas. Asi que decidieron mudarme de lugar para que nadie le haga daño a su hija.
Ahora en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, la niña demonio llamada Juliette. Aunque era damonio, Juliette había nacido con un corazón puro y bondadoso.
Ya pasado un largo tiempo, Juliette había crecido
A pesar de tener cuernos pequeños y alas delicadas, Ella era una niña dulce y amable que amaba a todos los seres vivos. Pasaba sus días jugando con los animales del bosque y ayudando a los habitantes del pueblo con pequeñas acciones
Juliette tenía un don especial ella podía hacer florecer las plantas con solo tocarlas y curar a los enfermos con un abrazo. Su presencia era como un rayo de sol en un día nublado.
Sin embargo, no todos en el pueblo estaban contentos con la presencia de Juliette. Algunos temían su naturaleza demoníaca y la evitaban. Pero ella no se desanimaba. Seguía siendo amable y bondadosa, esperando que algún día todos la aceptaran por quién era.
Un día, un gran desastre azotó el pueblo: un incendio forestal amenazaba con destruirlo todo. Los habitantes estaban desesperados, pero Juliette no dudó. Usó sus poderes para llamar a las criaturas del bosque para que no sufran daños y junto a demás niños y adultos lograron apagar el incendio.
El pueblo finalmente vio el bien que Juliette había hecho y la aceptaron como una de los suyos. Desde ese día, fue una heroína y una amiga para todos. Demostró que incluso un demonio podía tener un corazón de oro.
Sus padres muy felices por la crianza que le habían dado a su hija, sabiendo que ella no era mala por ser demonio, solo necesitaba que alguien la quiera tal y como era y eso hicieron criando la con amor y valores, como a cualquier niño.
