La luz de la pequeña bombilla parpadeaba intermitentemente sobre Bakugō, mientras él intentaba adaptarse a la penumbra de la celda. Su respiración era irregular y sentía el peso de cada movimiento, el dolor en su cuerpo parecía un recordatorio constante de su situación. Sin embargo, también había un cambio en el aire desde que Toga se había ido. Algo le decía que Dabi no tardaría en aparecer.
Como era de esperar, la puerta se abrió de golpe y la figura de Dabi apareció en el umbral. La presencia de Dabi, con su sonrisa torcida y su mirada calculadora, era suficiente para hacer que Bakugō se tensara.
ー¿Ya descansaste un poco? ー preguntó Dabi, su voz sonando casi preocupada. No era el tono de voz que Bakugō esperaba de alguien como él. Dabi se acercó lentamente y se sentó en la silla que Toga había usado antes. Sus ojos permanecían fijos en Bakugō, evaluando cada uno de sus movimientos.
ーNo me molesta que te acomodes, pero la próxima vez avísame si vas a traer comida ー Bakugō murmuró, su tono áspero y lleno de desconfianza.
Dabi soltó una risa suave, casi como si encontrara la actitud de Bakugō divertida. ーLo tendré en cuenta. A decir verdad, estoy aquí para hablar contigo, no para alimentarte. ー
Bakugō alzó una ceja, mirando a Dabi con curiosidad mezclada con desconfianza. ー¿Y qué es lo que tienes que decir? ¿Más amenazas? ¿Más juegos mentales?ー
Dabi se reclinó en la silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza. ーNo exactamente. Estoy aquí para ofrecerte una oportunidad, pero antes, quiero asegurarme de que entiendas tu situación actual. ー
Bakugō frunció el ceño. ー¿Y qué sabes tú de mi situación? ¿Qué vas a ofrecerme que pueda interesarme? ー
Dabi lo observó durante un momento, luego se inclinó hacia adelante. ーLo que quiero ofrecerte es una manera de salir de aquí. Sé que estás sufriendo, y sé que has estado pensando en cómo escapar. Pero déjame decirte algo, ahora mismo no tienes ninguna opción real de escapar por ti mismo. Los héroes que vinieron a buscarte fracasaron. Tu situación es mucho más desesperada de lo que imaginas. ー
Bakugō lo miró con desdén. ーNo necesito tu ayuda. Haré lo que sea necesario para salir de aquí por mi cuenta.ー
Dabi sonrió con tristeza. ーLo entiendo, pero la verdad es que la ayuda que te ofrezco es la única oportunidad que tienes de salir de este lugar con vida. No estás en posición de hacer demandas, Bakugō. Los héroes te han dado por perdido. Estás solo, y nadie vendrá a salvarte. ー
Bakugō sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Aunque lo odiaba, había algo en la forma en que Dabi hablaba que hacía que comenzara a dudar. ー¿Y qué es lo que quieres a cambio? ー
Dabi se puso de pie y se acercó a Bakugō. ーLo que quiero es simple. Quiero que confíes en mí. Quiero que entiendas que lo que te ofrezco es tu única salida. Trabajemos juntos, y yo te aseguraré que no solo sobrevivirás, sino que tendrás una oportunidad de vengarte de aquellos que te han abandonado. ー
Bakugō lo miró fijamente, su mente trabajando a toda prisa para procesar las palabras de Dabi. Había algo en el tono de voz de Dabi que parecía sincero, pero al mismo tiempo sabía que no podía confiar en él por completo. ー¿Qué tipo de venganza estás hablando?ー
Dabi se quedó en silencio por un momento, y luego, con una sonrisa cruel, respondió: ーLa venganza que te ofrezco es contra los héroes, sí, pero también contra aquellos que te han fallado. Los que te han dejado aquí, sin esperanza. ー
Bakugō sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que no podía aceptar la oferta de Dabi sin más, pero también entendía que, por ahora, no tenía muchas opciones. La única esperanza que tenía era aferrarse a esta oferta, al menos hasta que pudiera encontrar una forma de escapar por sí mismo.
ーLo pensaré ー dijo Bakugō, tratando de mantener su tono firme a pesar del dolor y la desesperación que sentía.
Dabi asintió, aparentemente satisfecho con la respuesta. ーHazlo. Y recuerda, tu supervivencia depende de tu capacidad para confiar en mí. No te arrepentirás de hacerlo. ー
Dabi se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta. ーAh, y Bakugō, no olvides que estoy aquí para ayudarte, pero sólo si estás dispuesto a aceptar mi ayuda. La elección es tuya. ー
La puerta se cerró detrás de él, dejando a Bakugō solo en la penumbra de la celda. Se reclinó contra la pared, luchando por procesar todo lo que Dabi le había dicho. Sabía que Dabi estaba manipulándolo, pero también sabía que en ese momento, la única forma de sobrevivir era jugar el juego que él le proponía.
