El sonido de una risa ahogada lo aterró al punto que sintió ganas de vomitar, la rendija por donde le pasaban comida estaba abierta dejándole ver un poco de luz que le caló en sus ojos con dolor, su cuerpo entero estaba adolorido, estar en la misma posición por mucho tiempo le tenía mal.
El peso de unas pesadas botas se escuchó antes del crujir de la puerta abriéndose, era pesada y gruesa, tanto que sabía que no podía abrirla por si mismo.
Alzó la cabeza intentando ver quién era que lo había visitado pero se detuvo a medio camino al sentir el olor a quemado junto a la sangre.
De nuevo tuvo ganas de vomitar.
Dejó caer su cabeza de nuevo al suelo esperando una paliza o quizás una buena pero nada de eso llegó, a diferencia de eso lo tomaron de las axilas y le obligaron a sentarse. Los ojos sin interés en ningún momento se enfocaron en su rostro, solo le miraba el cuello y las piernas donde las cadenas le tenían prisionero y allí, con un clip abrió los cerrojos dejándolo libre.
Lo miró atónito, con miedo y precaución, también había desafío en él, ¿Por qué ahora lo estaría liberando? ¿Por qué ahora lucia como el "bueno"?
Incluso se veía algo molesto de que estuviera encadenado.
ーLástima que no puedo sacarte esos ー
Comentó el tipo de las flamas al darle un ligero golpecito en las extrañas esposas que tenía en sus manos, su cuerpo entero tembló haciendo que retirara lo más posible las manos de él, haciendo lo más posible de estar lejos.
Solo provocó su risa ahogada, se notaba que le dolía reír.
ーTe van a venir a buscar, comportarte bien hasta entonces, cachorrito ー
Y sin ni una opción de poder hablar lo dejó ahí con miles de pensamientos en su cabeza.
¿Quién lo iría a buscar?
Cerró de nuevo la puerta.
