No era la primera vez que estaba atado, la UA ya lo había retenido como un animal de circo para ser un espectáculo durante el festival deportivo. Pero esta vez era muy diferente, esta vez la rabia no lo estaba invadiendo, está vez no era molestia ni importancia lo que sentía correr por cada fibra de su cuerpo.
Ahora solo podía sentir el terror puro frente a unos ojos celeste que no dejaban de mirarlo.
¿Por qué debían ser tan parecidos?