𝟎𝟐

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Choi Suhyun detestaba que perdieran el tiempo

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Choi Suhyun detestaba que perdieran el tiempo

-El tiempo es precioso- había dicho siempre su abuelo, un sentimiento que ella vivía

Que Rian la hiciera esperar casi una hora fue nada menos que un insulto se examinó sus uñas cuidadas, admirando su forma y color, antes de revisar su reloj Michael Kors de oro rosa por tercera vez los diamantes brillaban a la luz del sol, en marcado contraste con su creciente impaciencia

-Vamos- instruyó Suhyun con un suspiro, levantándose de su silla con un ligero crujido de las baldosas debajo

Cerca, Hyewon estaba junto a la mesa donde había estado sentado Suhyun pero justo cuando Suhyun avanzaba hacia la salida, apareció Rian, desaliñado pero sin disculparse, y tomó asiento

Burlándose de su tardanza, Suhyun recuperó su bolso de manos de Hyewon y continuó hacia la puerta, solo para sentir el firme agarre de Rian en su muñeca mientras intentaba pasar

-Llegas tarde-

-Surgió una urgencia que tuve que manejar- Suhyun sacudió la cabeza ante su excusa, soltando su brazo antes de salir del restaurante

Hyewon los siguió de cerca mientras se acercaban al Sr. Na, quien había salido del auto al verlos

-Choi Suhyun- la llamó Rian, habiéndola seguido -Sé que llegué tarde—

-Rian, mi tiempo es valioso- lo interrumpió Suhyun, girándose para mirarlo con los brazos cruzados y los ojos entrecerrados mientras lo fijaba con una mirada gélida -Un simple mensaje para reprogramar habría sido suficiente en cambio, me quedé esperando casi una hora tengo mejores cosas que hacer que esperarte- Se giró hacia el señor Na, que sostenía la puerta del coche abierta

-Me encontré con Jae-I- confesó Rian, haciendo que Suhyun volviera a mirarlo -Quería enviarte un mensaje, pero las cosas se pusieron agitadas- su ruptura aún está fresca en su mente

Suhyun acortó la distancia y se encontró con la mirada de Rian

-No me importa tu novia- afirmó intencionadamente -Si tienes compromisos previos, lo mínimo que puedes hacer es enviar un mensaje- Ella le lanzó una última mirada antes de entrar al auto y el Sr. Na cerró la puerta detrás de ella

𝗖𝗔𝗧𝗛𝗔𝗥𝗦𝗜𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora