Capítulo 22

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El viaje de vuelta se hizo más ameno. Los alumnos contaban todo lo que habían vivido en aquellos días, veían una y otra vez las fotos que habían tomado y repetían los vídeos que habían grabado. Al recoger las maletas Jackson vio como Mark y sus amigos se reían de su cojera. Jaebeom luchaba fuertemente contra el impulso de golpearlos hasta la saciedad.

—¿Por qué cojeas? —le preguntó Jinyoung en una ocasión.

—Oh emm, me tropecé anoche con la maleta. —inventó Jackson.

Le dolía demasiado el glúteo, por eso andaba así. Lo bueno era que la ayuda de Jinyoung la tendría, aunque no hubiera una razón aparente para fastidiar a Mark y sus amigos, para Jinyoung era todo un placer hacerlo. Cuando Jackson llegó a casa no pudo tener peor recibimiento, Yifei corrió hacía él.

—¿Cómo está Mark? ¿Te ha hablado de mí? ¿Quiere verme? ¿Le caí bien? —farfulló Yifei.

No solo le importaba poco que su hermano hubiera vuelto, sino que lo atacaba a preguntas sobre alguien que había hecho que en el camino a casa fuera con un terrible dolor en la pantorrilla.

—Sí, dijo que te compraras un poni y te fueras a la mierda. —dijo Jackson malhumorado, cargando con la maleta.

—He dicho que me digas lo que dijo de mí, no lo que te dijo a ti. —Yifei puso los brazos en jarra y frunció el ceño.

Jackson la ignoró y subió las escaleras para entrar en su habitación. Dejó la maleta en cualquier lado y se tiró en la cama. El viaje no había sido la maravilla que esperaba, pero al menos pudo hacérselo pasar igual a Mark. Estaba agotado, no podía ni pensar en una venganza. Además, le dolía todo el cuerpo, la herida le escocía barbaridades, y siempre tendría una cicatriz con una M y una T. Desde luego Mark se había pasado con aquello. Parecía que entre ellos no existían ya límites, ni en pasión ni en odio. No tenían una relación saludable, de eso Jackson estaba seguro, pero disfrutaba hasta con los malos momentos. La próxima vez que viera a Mark sería destrozado, no tendría piedad esta vez, ya que Mark no la tuvo ni siquiera cuando vio con lágrimas a Jackson.

Jackson se golpeó con la almohada al recordar aquello, se había mostrado tan débil delante de Mark. Por eso el castaño estaba tan alegre en el aeropuerto, le había hecho una gran jugada. Pero Jackson no iba a ser menos, y esta desde luego sería la última.

Jackson faltó al entrenamiento aquel día, necesitaba pensar qué le haría al día siguiente a Mark. Y el descanso le vino de perlas, porque se le ocurrió una brillante idea.


Puede que no hubiera ido al museo, pero estaba contento aquel día. Después de un viaje a Europa, volver al instituto debería ser como una tormenta en un día de verano, pero no fue así. Caminó hasta la escuela con paso lento, le parecía un día perfecto para pasear.

Al entrar se encontró a un grupo de chicas, que lo miraban y susurraban. Mark reconoció a una de ellas, era la hermana de Jackson, Yifei. Ella no tenía la culpa de que aquel idiota fuera su hermano, además, pensó en ella varias veces después de que Jackson le contara toda aquella mentira. Desde luego sólo un ser repugnante usaría a su hermana para algo así. Se acercó a ella y se detuvo enfrente.

—Hola Yifei, ¿cómo estás? —dijo al acercarse.

Las bocas de las chicas de su alrededor formaron una O, y quedaron alucinadas de que Mark se dirigiera a una de ellas.

—Hola Mark. —dijo con la cara roja. —Bien, gracias. —dijo casi tartamudeando y con las manos sudando.

—Me alegro. —Mark sonrió de forma encantadora. —Escucha, ya que te gusta tanto nuestra música, cuando quieras te hago un concierto privado. Así no será necesario que vayas hasta el local.

Sólo un paso - 爱  //  MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora