Salió de sus pensamientos para fijarse en quién era el idiota que no se había apartado, y se encontró cara a cara con él, la persona más detestable que podría existir en el planeta, Jackson Wang, el mayor de los idiotas prepotentes que había en el instituto. Aquel tipo era de lo peor que se había encontrado Mark, el primer año de instituto ya eran enemigos irreconciliables, no solo porque fueran como la noche y el día, sino porque ninguno aguantaba la personalidad del otro.
Mark siempre había detestado a la gente que se creía más que los demás, con derecho a tratarlos como quisiera, pero él no pensaba dejarse intimidar por nadie, y precisamente eso era lo que Jackson no soportaba de Mark. Siempre había ido por su cuenta, como si nada le importara, él y sus amigos eran los únicos que se atrevían a ir en contra de Jackson y su séquito.
Miraba a Mark con esa sonrisa soberbia, por encima del hombro, con prepotencia. Si había algo que bajaba el ánimo a Mark, era Jackson, su indiscutible enemigo desde siempre.
—Vaya, mira a quién tenemos aquí, mi desecho favorito. Mierda, a ver si miras por donde vas. —dijo Jackson con su sonrisa más perversa.
—Siempre me divierto contigo Wang, pero deja de intentar llamar mi atención y si estás solo, publica un anuncio en el tablero... Es posible que consigas un amigo. —respondió Mark imitando la misma sonrisa.
—¿Cómo has pasado el verano, piojo? ¿Me has echado de menos? —continuó Jackson ignorando las palabras de Mark.
—Tanto como un grano en el culo, pero gracias por tu interés. —le respondió Mark igual de burlón.
La gente se paraba a mirar, todos sabían que la relación entre los dos titanes del instituto echaba chispas, pero ninguno era tan estúpido como para meterse y quemarse.
Yifei localizó por fin a Mark, estaba con su hermano, discutiendo como siempre, nunca sabía de qué lado ponerse cuando se peleaban, que era casi todas las veces que coincidían.
Estaba guapísimo, con ese look dejado que llevaba siempre. Era increíble lo diferentes y parecidos que eran al mismo tiempo Mark y su hermano.
Los dos eran de la misma estatura, delgados pero de constitución fuerte, sin embargo uno tenía el pelo dorado bien arreglado, zapatillas John Smith, vaqueros nuevos y chaquetas de béisbol o fútbol americano, y el otro tenía el pelo castaño, con unas converses desgastadas, vaqueros rotos y una chaqueta de cuero.
Aparecieron los amigos de Jackson para cubrirlo y apoyarlo en su intento de intimidación. Yifei no podía permitir que le hicieran nada a Mark. Fue deprisa hacia donde se encontraban los dos, pero antes de llegar sonó el timbre para anunciar que empezaba otra clase. Los dos se quedaron mirándose fijamente en un duelo, hasta que con el bullicio perdieron la vista el uno del otro y entraron en clase.
Para mala suerte de los dos, ese año, como todos los demás, coincidieron en la misma clase. Se sentaban cada uno en un extremo, rodeados de sus amigos.
Jackson se sentaba con Yugyeom, ya que Jinyoung prefería estar solo. Mark tuvo menos suerte, no le tocó con ninguno de sus amigos, pero no carecía de recursos.
Caminó hasta el final del aula y se paró frente a una chica de pelo castaño rojizo.
—¿Puedo sentarme contigo? —preguntó con una sonrisa encantadora.
La chica alzó la vista y sonrió al instante.
—Pensé que te tomarías el resto del día libre. —dijo haciéndole un gesto para que se sentara.
—No soy tan irresponsable como crees. —contestó Mark sentándose.
—Sí que lo eres. —dijo ella enarcando una ceja. —Ya veo que te has vuelto a pelear con Wang... Sigo sin entender porque te empeñas en llevarte mal con él. Acabarás mal, Mark.
—Por lo mismo que tú te empeñas en llevarte mal con Yuna y las demás sujeta-pompones. Porque son unos cabezas huecas. —dijo con tono elocuente.
Ella sonrió apartando la mirada y aceptando su explicación. Wendy, la chica más guapa de todo el instituto era su mejor amiga desde el colegio, no era la típica niña snob que lloraba si la tirabas del pelo, nada de eso, si la hacías algo te la devolvía con creces. Era sexy e inteligente, por ello era la más deseada. No le valía cualquiera, ella no presumía de todos los hombres que se había tirado, sino de todos los hombres que no la habían tocado.
Mark y ella eran diferentes y ellos lo sabían. Dos almas libres que no aceptaban órdenes de nadie. Mark no se dejaba avasallar por Jackson y sus amigos, y Wendy nunca necesitó ir detrás de ninguna animadora.
A los quince años, estaban solos en casa de Wendy viendo una película, rieron, bebieron y terminaron en la cama. Fue la primera vez para ambos. Desde entonces siempre que necesitaban saciarse acudían el uno al otro.
Sin embargo sus amigos nunca se fiaron de ella, en ocasiones se volvía algo celosa y posesiva con él, Mark se lo permitía porque no le importaba. Y a pesar de ser con la mujer que más a gusto estaba, no sentía nada más que amistad por ella. Nunca había encontrado ninguna que lo completara, aunque su relación con las mujeres no le preocupaba demasiado, ya llegaría la adecuada.
Cuando finalmente su profesora de Literatura entró a la clase, Jackson tomó asiento junto a Yugyeom, que no paraba de hablar y reírse, a Jackson le dieron ganas de meterle uno de sus zapatos en la boca, no decía nada más que estupideces. Jinyoung, que estaba sentado detrás de él, se inclinó para hablarle al oído.
—¿Tienes la casa libre esta noche al final? —preguntó Jinyoung entre susurros.
—Ya te dije que sí. —le espetó Jackson.
—Entonces, ¿esta noche tenemos fiesta? —preguntó Yugyeom demasiado alto y con voz de idiota, haciendo que la profesora, les lanzara una mirada para que callaran.
—Si no cierras esa boca tú no tendrás nada. —le dijo Jackson con brusquedad cuando la maestra apartó la mirada.
Jinyoung se volvió a acercar a él.
—¿Quieres que invitemos a todo el instituto? —preguntó Jinyoung.
—Menos a los perdedores. —intervino de nuevo Yugyeom.
Jackson le dirigió una mirada gélida.
—Ya sabes a quién no tienes que invitar. —contestó ignorando a Yugyeom y echando un vistazo a su derecha.
Mark Tuan hablaba en susurros con su queridísima amiga Wendy.
—Lo sé, ni Tuan ni ninguno de esos Never ever. —contestó Jinyoung con una mueca malvada captando el mensaje.
Jackson sonrió sin quitar la vista de Tuan, lo detestaba, conseguía lo que quería simplemente siendo encantador. Ponía esa cara de cachorro o aquella sonrisa socarrona y ya tenía el mundo a sus pies. ¿Quién no detestaría a alguien como él?
De pronto se dio cuenta de que todos lo miraban, la profesora tenía su vista clavada en él. Le habían preguntado algo, y él embobado pensando en el estúpido Mark Tuan.
—Emmm, disculpe. ¿Qué decía? —dijo Jackson con la mayor naturalidad que pudo mostrar.
Toda la clase rio por lo bajo, incluido obviamente Tuan.
—Decía que, si aún no se ha acostumbrado a la rutina de estar atento en clase, será mejor que vuelva más tarde. —respondió la profesora.
—¿Solo por estar un poc...? —dijo Jackson indignado.
—Lleva hablando toda la clase, señor Wang. Hágame el favor de salir de clase. —respondió la mujer cortando el tema.
Jackson iba a volver a hablar para defenderse, cuando fue interrumpido por un grito desde el otro extremo de la clase.
—¡Que te vayas, Corgi! —gritó Mark.
Todos rieron a carcajadas, unas más disimuladas que otras. Jackson se levantó y se marchó dando un portazo, no sin antes lanzar una mirada de amenaza directamente a Mark, éste lo único que hizo fue sonreír. Corgi, se repetía en la cabeza Jackson una vez fuera. ¿Qué clase de apodo es Corgi?, se preguntaba. Lo había dejado en ridículo delante de toda la clase, el muy idiota. No podía permitir tal cosa, esa noche lo dejaría afuera a él y a toda su banda de desechos.
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Sólo un paso - 爱 // Markson
Fiksi PenggemarPrimer libro de la trilogía. → Sólo un paso - 爱 Mark Tuan y Jackson Wang siempre fueron polos opuestos, como el día y la noche, como el frío y el calor. Ambos son respetados, carismáticos, y queridos por todo el mundo, pero mientras Jackson, capit...