Desvío

42 7 10
                                    

Simon

Pasé las siguientes horas revisando apuntes y haciendo tareas. Sin embargo, mi mente sigue divagando hacia Wilhelm, preguntándome qué estará haciendo.

He estado pensando que lo mejor sería dejar esto hasta donde llegó. Me hace daño seguir dándole vueltas; no avanzo y solo tengo mi mente enfocada en esto y nada más.

Más tarde, recibo un mensaje de una de mis mejores amigas, Rosh.

Rosh:
Hola, Simón. ¿Vienes a la fiesta en casa de un amigo esta noche? Será divertido y te vendrá bien despejarte un poco.

Dudo por un momento, pero finalmente decido que necesito salir de mi cabeza. Respondo afirmativamente y me preparo para la noche.

Me miró al espejo, sintiendo una mezcla de nervios y determinación. Necesito distraerme, olvidarme de muchas cosas aunque sea por una noche.

Saca varias prendas de su armario, buscando algo que le haga sentir cómodo pero también seguro de sí mismo.

"Necesito algo que me haga ver bien, pero sin parecer que lo intenté demasiado." Pensó.

Finalmente, opta por una camiseta ajustada negra y unos jeans anchos oscuros.

La camiseta resalta su figura delgada y los jeans son lo suficientemente anchos para ser favorecedores sin ser incómodos.

Se pone un par de zapatos blancos y se mira en el espejo de nuevo.

"Esto tendrá que funcionar." Se dirige al baño para arreglarse el cabello. Pasa los dedos por su pelo, dándole un estilo desordenado pero intencional.

Después, se aplica un poco de colonia, queriendo oler bien sin ser demasiado abrumador. Mientras se cambia, sus pensamientos vuelven a Wilhelm. Recuerda cómo solían vestirse para las fiestas juntos, riendo y bromeando sobre quién se veía mejor. Un nudo de nostalgia se forma en su estómago, pero lo empuja a un lado.

Solo por esta noche, necesito olvidarme de todo.

Tomo mi teléfono y envío un mensaje a Rosh para confirmar que voy en camino. Luego, recojo mi chaqueta de cuero del respaldo de la silla y procedo a ponermela, sintiendome un poco más en confianza conmigo mismo.

Al salir de mi cuarto y bajo las escaleras. Mi madre me observa mientras voy terminando de bajar y sonríe con aprobación.

-Te ves muy bien, Diviértete y cuídate, ¿sí?

-Gracias, mamá. Lo haré.

Con eso, salgo de la casa y camino hacia la fiesta.

Voy a intentar olvidarme de muchas cosas porque creo que es necesario. No tengo en mente beber, pero si se presenta la oportunidad, ¿por qué debería negarme?

Cuando llego a la fiesta, la música y las risas me envuelven. Rosh me recibe con un abrazo y me ofrece una bebida. Intento relajarme y disfrutar del ambiente, pero no puedo evitar sentirme fuera de lugar.

-Olvida tus problemas por esta noche ¿si? -. Dice la persona por la que estoy en esta fiesta.

Asiento y trato de seguir su consejo. Nos unimos a un grupo de amigos en una esquina, riendo y hablando de tonterías. Me dejo llevar por el ambiente y las bebidas empiezan a fluir más fácilmente. Con el paso de las horas y las copas, empiezo a sentirme más desinhibido.

Me río más fuerte, hablo con más personas y dejo de pensar en Wilhelm por momentos.

En medio de la multitud, noto a un chico que me está mirando.

Es difícil no fijarse en él; su presencia es simplemente magnética. Tiene un cabello oscuro que cae de manera desordenada sobre su frente, dándole un aire desenfadado que parece atraer miradas, es alto con ojos verdes, casi hipnóticos, parecen captar la luz de la fiesta, haciendo que su mirada se sienta a la vez seductora y desafiante. Viste con una confianza casual, con una camiseta ajustada que resalta su figura atlética y una chaqueta de cuero que le da un toque rebelde. Sus jeans ajustados completan el look, mostrando una combinación perfecta de estilo y actitud.

Es solo un amigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora