53. El Solo de Hyunjin Pt.3

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Nueve meses después

Sana llevaba casi dos horas despiertas y con su hija de casi tres meses en sus brazos. Tzuyu dormía muy tranquila a su lado mientras ella disfrutaba de su nuevo retoño. Tampoco tenía intenciones de despertar a su mujer, quería ser egoísta y disfrutar a su bebé un rato ella sola, que si Tzuyu se despertaba lograba que con un montón de caras y cosquillas la pequeña se olvidara de su pelinegra madre y empezara a divertirse con la pelicastaña. Además, amaba cuando Ahyeon se pegaba de esa forma a ella, esa forma que le hacía recordar a Tzuyu o Hyunjin, esa forma tan necesitaba, como si le faltara el aire si no estuviera en contacto con su madre.

- Eso es porque eres mi tercera mujer especial - susurró la empresaria acariciando con su pequeño dedo la naricita de su hija.

Ahyeon abrió los ojos aún más grandes y miró directo a la pelinegra. Sana leyó a la perfección una enorme cantidad de adoración reflejada en esos pequeños ojitos. Ahyeon miraba a Sana como si la pelinegra pudiera darle el Universo entero - Te amo amor de mi vida - volvió a susurrar Sana - Amo todo en ti - agregó - Amo tus perfectos ojitos iguales a los de tu mami, amo tu perfecto cabello color del sol, amo tus perfectas manitas - la pequeña tenía un dedo de Sana atrapado en una de sus extremidades - Amo tu perfecto y tan mordisqueado por tu otra madre traserito - era imposible no retar a Tzuyu cuando la empresaria mandaba a la castaña a cambiar a su hija y ratos después la niña seguía desnuda y con la marca de dientes de su madre en su pequeña colita - Amo tus perfectos piececitos con todos sus perfectos deditos - Sana besó cada parte nombrada, disfrutando de los sonidos que hacía su hija por el gesto - Pero más amo tu perfecto y hermoso wiwi - Definitivamente era una de sus mujeres especiales - Les vas a dar a tu mamá y a tu hermana Hyunjin una gran competencia mi pequeña - Claramente y como lo había anunciado la babosa tía Momo, Ahyeon venía cargada por esos lados. El gen Raron se había esparcido y ahora según la japonesa, la familia Chou Minatosaki tenía una nueva portadora del poder, una "segunda raroncita".

Sana besó a su pequeña nuevamente y miró a la mujer que dormía a su lado. Sonrisa previa para después con su mano libre, más bien con las uñas de su mano libre, acariciar la espalda desnuda de la chica - Sabes Ahyeon - le habló casi en silencio a su hija - Este remolino que tiene tu mami Tzu aquí - Sana acarició toda la espina dorsal de su esposa, desde el cuello hasta donde empezaba la cola para luego detenerse en un pequeño remolino de bello que se le hacía a Tzuyu en la curva de la espalda - Es la misma que tienes tú y que tiene Hyunjin - Sana puso a su hija boca abajo y acarició el pequeño remolinito - ¿Ves? - Volvió a dar vuelta a su pequeña pero esta vez se la sentó enfrentada a ella. Sana rio cuando los ojos de la bebé fueron directo hacia su pecho - ¿Tienes hambre mi glotoncita? - Por si le había quedado alguna duda la niña tiro varios manotones en dirección a su fuente de abastecimiento. La sonrisa de la empresaria no hacía más que crecer y no demoró en darle a su hija lo que quería.

Sana miró el reloj y suspiró nuevamente, le quedaban pocos minutos para que su paz se terminara y las actividades del día abrumaran el momento perfecto. Su mirada volvió a su fuente de felicidad que ahora torturaba su pecho sin dejar duda de su hambre - Estoy tan enamorada de ti mi tesoro - le dijo babeando - Ya sé que soy un poquito egoísta al quererte solo para mi, pero el resto del tiempo tengo que competir con tus hermanas por tu atención - y eso no era lo peor - Y lo peor de todo es competir contra tu madre, la tienes a ella en frente y es como si yo no existiera - Sana apretó sus labios para no reírse de su propia mentira. Ahyeon era como Tzuyu y como Hyunjin, si Sana estaba en una habitación esas tres solo tenían tiempo para ella. - Por eso te estoy aprovechando ahora - contó haciéndole cosquillas a uno de los piececitos de la pequeña.

Sana suspiró y sintió a Tzuyu moverse a su lado. Re ojeó a la morena para asegurarse de que no estuviera haciéndose la dormida. Tuvo que aguantar la risa cuando se dio cuenta que Ahyeon también miraba a su madre - Ahyeonnie ¿Quieres que te cuente un secreto? - le susurró Sana a su pequeño amor - Cuando le dije a esta castaña que está aquí, que es tu otra mamá que te íbamos a tener pensé que lo primero que iba a hacer era correr lejos, lejos y lastimarse por algún lado, pero no lo hizo - afirmó Sana sonriéndole a su hija.

'I am not for you | SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora