Obligaciones

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Entro a su despacho en cuanto el hombre dejo su saco en el perchero.

-Andromeda... ¿Disfrutando tu día?

-No en realidad. Tenía cosas que hacer ¿Sabes? Pero por alguna razón, tus guardias no me dejaron salir de aquí.

-Y continuaras dentro de esta mansión hasta que cumplas con tu parte del trato.

-¿Que trato?

-Darnos un heredero. Lo cual implica, tener sexo con tu esposo.

-Ustedes están locos. No puedes hacer esto...

-En realidad, si, podemos. Es parte de tu acuerdo nupcial. "Intentar" embarazarte por lo menos tres días al mes.

-No... Esto no es... Correcto.

-Es correcto. Demian es tu esposo y deben cumplir con su obligación conyugal... Mi padre dejo bien claras las reglas establecidas antes de morir.

-Estan locos. No lo haré.

-Bien. Entonces disfruta tu encierro porque como ya dije, hasta que no cumplas con tu parte, no saldrás de esta mansión.

Mery dio la vuelta y salió de ese despacho. Esto era una locura y seguramente ilegal.

Salió al jardín para tratar calmar su cabeza revuelta. Paso por la arboleda y encontró no muy lejos de ahí un invernadero, estaba deteriorado y todas las plantas dentro habían muerto hacía mucho. Era una pena, era obvio que alguien se había esmerado mucho pero por alguna razón... Lo había abandonado.

De pronto y como un corto circuito, una idea llegó a su cabeza.

Subió de nuevo al despacho de Helios dispuesta a suplicar de ser necesario.

-Helios... ¿Puedo hacer cambios en la mansión? ¿Arreglos?

-¿Arreglos? - soltó el hombre algo sorprendido por el tema, seguro esperaba más reproches sobre sus tres días de sexo obligado.

-Si, esque me he dado cuenta de que... Hay cosas que están... Viejas y desgastadas y... Conozco a alguien, es un gran constructor y... Se que necesita el trabajo... Así que...

Helios la miro un largo rato.

-Sipongo que si fueras una buena chica y cumplirás con tus acuerdos...

-Helios, no es justo... Esto no tiene nada que ver...

-Claro que si, es algo que quieres ¿No? Y tú tienes algo que nosotros queremos...

Mery lo miró, entrecerró los ojos y decidió sacar la carta que tenía oculta bajo su manga.

-¿Sabes que más tengo? Un recuerdo nítido de ti en la cocina... Con Iris... De noche...

Helios golpeó el escritorio con las palmas y se levantó.

-Si dices una palabra...

-¿Que? ¿Que me harás?

El hombre la miró sorprendido pero iracundo.

-No me retes Andrómeda.

-No lo hago... Solo quiero que recuerdes que yo sé cosas... Cosas que tú no quieres que se sepan. Y no tengo problema con guardar tu secreto... Mientras puedas hacerme un par de favores...

Helios sonrió de lado y se sentó de nuevo.

-Eres la misma vieja y manipuladora Andrómeda que conozco.

Mery trago saliva pero no se rindió, no bajo la mirada.

-Bien. Te daré este mes libre de tus obligaciones conyugales. Solo... Este mes.

Entre dos vidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora